Nuestra herencia compartida: el trueque musical de Colombia y México

Nuestra herencia compartida: el trueque musical de Colombia y México

Ambos países comparten gustos en ritmos que los hace convertir en casi hermanos por naturaleza acústica, por herencia histórica, más allá del acordeón

Por: Bayron Araújo Campo
abril 14, 2023
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Nuestra herencia compartida: el trueque musical de Colombia y México

Por décadas ha existido una especie de “trueque musical” entre Colombia y México, ambos países comparten gustos en ritmos que los hace convertir en casi hermanos por naturaleza acústica, por herencia histórica, más allá de lo común que tienen con el acordeón. Ejemplo de ello es la cumbia, tan propia y originaria en Colombia, pero tan aceptada y querida en México, al punto que a lo largo de los años ha tenido modificaciones y adaptaciones que van marcando diferencias en la frecuencia con la que se escucha y hasta en la forma de bailar. Y es que México poco se habla de cumbia, sino de “cumbión”, considerando que ha sido un género creciente que se adereza del talento de las nuevas agrupaciones e influencias culturales de las distintas regiones.

Si hablamos de su historia, es realmente reciente. En el periodo de 1940 los ritmos cubanos predominaban en gran parte del territorio, sobre todo los que pertenecían a la categoría de “música tropical”, mismos que llegaron a esparcirse con el boom de la Época de Oro del cine mexicano. Más adelante, con la llegada de Luis Carlos Meyer, cantante colombiano, por allá en la década de 1970, fue que la cumbia inició su camino de arraigo en México, pues fue el responsable de introducir el folclor costeño.

En su voz se llegó a escuchar por primera vez La cumbia cienaguera, de Andrés Paz Barros, Esteban Montaño y Luis Enrique Martínez, conocido como “El pollo vallenato”, así como otros clásicos colombianos del estilo de El guere guere y El gallo tuerto de José Barros, La historia de Rafael Escalona, El caimán de José María Peñaranda y Danza negra de Lucho Bermúdez, entre otros grandes temas de esa época.

Años más tarde, en los ochenta, Rigo Tovar se encargó de darle un toque especial y muy moderno a la cumbia tradicional, integrando la guitarra y el bajo eléctrico, que eran provenientes del rock. Fue entonces cuando otros grupos comenzaron a agregar este tipo de instrumentos, renovando totalmente el género y abriéndole la puerta a nuevos subgéneros que hoy por hoy se conocen como la technocumbia, cumbia tropical, cumbia grupera, cumbia andina mexicana y cumbia sonidera. Esa fue la evolución de la cumbia, dejando una brecha abismal entre lo hecho en Colombia y lo que se hizo tiempo después en territorio Azteca, donde el mismo cronista Carlos Monsiváis se atrevió afirmar que “la cumbia se nacionalizó mexicana”.

Por su parte, la música de mariachi se volvió muy popular durante la década de 1950. Su expansión en Latinoamérica y, principalmente, su llegada a Colombia, se dio gracias a las películas de la Época de Oro del cine mexicano y la influencia de los medios de comunicación. Figuras como Pedro Infante, José Alfredo Jiménez, Cornelio Reyna, Jorge Negrete, Antonio Aguilar, Vicente Fernández, entre otros, dieron renombre a la música ranchera también como grandes actores de cine.

En Colombia se asentó fuertemente este género, sin importar las barreras de la edad, lugar o clase social, incluso se ha estimado que Colombia es el segundo país en el que más se ha desarrollado, ya que se escucha en todo tipo de celebridad, suena fuerte en las emisoras, en conciertos, entre las calles de las principales ciudades y hasta en las despedidas de muertos en los cementerios ¿Y es que quién no ha escuchado las tradicionales Mañanitas al son del guitarrón, el violín y la trompeta?

Sin embargo, la música mariachi en Colombia no ha tenido grandes evoluciones en el sentido de las mezclas. Han existido ciertos tipos de fusiones con otros ritmos como el vallenato, la salsa, el pop, la música popular que en los últimos años ha tomado fuerza, pero sin trascendencia, sin ser considerada un subgénero, quizás porque en la ranchera se respeta mucho su originalidad, entre más tradicional, mientras esté más a la par de esos grandes intérpretes mexicanos, más sentida es, más airosa y entrelazada con las historias de nuestra vida cotidiana.

Escritor y periodista colombiano.

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