"En pocas palabras, los operativos de Artemisa en la Amazonía consistieron en el despliegue de militares y fiscales con apoyo de la Fuerza Aérea para la captura e investigación judicial de supuestos deforestadores, así como la destrucción de infraestructura. Pero no llevaron programas de reforestación ni garantizaron las condiciones de seguridad para el ingreso constante de funcionarios de Parques Nacionales."
“Ahí no han recuperado nada. El Ejército solo fue el día de la operación. A la gente le ha tocado volver. ¿Para dónde van a irse? Llevan más de cuarenta años en el territorio”, dijo Edilberto Daza, líder social campesino de la ONG Fundación por la Defensa de los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario del Oriente y Centro de Colombia (Fundación DHOC)".
Circula en redes un video de presuntos exmilitares planeando un posible golpe de Estado. Se anuncia el llamado de la derecha en contubernio con exmilitares a una batalla por el poder. Uno de ellos lo llama OPERACIÓN FURÚNCULO , haciendo referencia al malestar que sienten por la llegada a la presidencia del doctor GUSTAVO PETRO, pues los FURÚNCULO son unas "Protuberancias dolorosas y llenas de pus debajo de la piel ocasionadas por folículos pilosos infectados y, además, inflamados. Los forúnculos se forman debajo de la piel cuando las bacterias infectan y también inflaman uno o más folículos pilosos" .
Coincide ello con pronunciamientos de derecha que ven en Petro a un enemigo de la democracia. En verdad, preocupante. Rodeamos a nuestro presidente Gustavo Petro y alertamos a entidades y organizaciones civiles.
Debe investigarse a estos depravados que instigan contra la democracia colombiana. Estos anuncios no pueden quedar en un silencio cargado de impunidad.
El pronunciamiento de las autoridades debe ser pronto y contundente. Que se investigue el origen de estas grabaciones y a sus autores.
Por sus expresiones y comentarios se denota su peligrosidad y conocimiento de un hecho punible. Razones para alertar a las autoridades colombianas.
La democracia no puede exponerse a la barbarie de unos desadaptados que se unen para conjurar contra la voluntad popular. Mucho menos dejarla en manos
de confesos criminales que manifiestan el claro deseo de asesinar al presidente de Colombia.
Las diferencias deben decidirse en torno a diálogos constructivos y no en torno a amenazas o sentencias de muerte. Todo aquel que pretende acallar las voces civilizadas de la democracia debe considerarse un verdadero enemigo de la paz. Nos hace falta en Colombia desarrollar la cultura de la diferencia en el sentido de permitir la expresión de pensamientos e ideologías sin que ello implique insulto, ofensa o amenaza por parte del opositor.
En este caso son las autoridades competentes las llamadas a proteger la vida y la integridad del presidente de los colombianos. Ya conocemos la tragedia y el horror generado en nuestra patria por confesos paramilitares que anegaron de sangre distintos pueblos y regiones. Una historia que no podemos permitir se repita. Rodeamos a Gustavo Petro Urrego en su intención de generar cambios en procura de alcanzar la paz, la ineequidad y la justicia que el pueblo forjó en las urnas.