El miércoles 7 de marzo la sede de la Federación Colombiana de Fútbol recibió una inesperada vi que, aunque quiso disimular su gravedad, se supo que se trató de una inspección de la Superintendencia de industria y comercio en cabeza de María del Socorro Pimienta. Su presidente, Ramón Jesurún, no se salvó. Se le llevaron su celular personal y su computador portátil.
Continúa la investigación sobre la presunta reventa de boletas, una investigación que arrancó en el 2017 cuando Colombia buscaba un cupo para meterse en el mundial de Rusia 2018. Otro de los investigados es Álvaro González, todopoderoso dirigente que maneja desde hace 15 años el fútbol aficionado en el país.
Los propietarios de los equipos que se sienten amenazados han presionado en un intento para moverle la butaca porque Pimienta está encargada en el cargo, solo que al parecer el plan se les devolvió y el presidente Petro está considerando confirmarla. Sería la oportunidad para mandarle un mensaje a Jesurún y González quienes se han sentido intocables en el pasado.
Junto a ellos hay otros once presidentes de equipo que están bajo el foco de la Súper Intendencia de Industria y Comercio. Los equipos investigados por posibles fraudes son los siguientes: América de Cali, Deportivo Cali, Cortuluá, Atlético Bucaramanga, La Equidad, Independiente Santa Fe, Atlético Nacional, Atlético Huila, Junior de Barranquilla, Deportes Tolima y Orsomarso. El posible espaldarazo del presidente a María del Socorro Pimienta los tiene temblando.
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