Con la franqueza que lo caracteriza Joseph Stiglitz, premio nobel de economía, 2001, dijo: "El problema de Europa es Alemania, no Grecia", y desarrollando la idea, puntualizó: las crisis que sufren actualmente algunos países europeos son las consecuencias de unas políticas erróneas de la Unión Europea que benefician solo a un miembro: Alemania.
Es evidente que Stiglitz es de esos intelectuales incómodos que los editores corporativos no toman en serio y que ha sido relegado a publicaciones marginales, pero es tal la fortaleza de su argumento que no puede ser evitado.
Es una voz que desde la academia enfrenta con vehemencia el coro común de la industria mediática europea y mundial que trata de ocultarle la verdad al público.
Dos movimientos masivos y poderosos, liderados por profesores y estudiantes que no pasan de los 40 años, le han notificado a los establecimientos de Grecia y España que el bipartidismo, al servicio de los grupos económicos que ha saqueado a millones de personas, está en aprietos.
En suma, Syriza en Grecia y Podemos en España lo que piden es que la crisis económica de sus países no la paguen los pobres sino que se le pida cuenta a los Bancos y a los dueños del capital. En Colombia cada vez que hay problemas los gobiernos acuden a salvar los bancos (entiéndase, a los banqueros), pero nunca se verá que los ejecutivos corran a salvar a los pobres (entiéndase, a los cuentahabientes).
Estos jóvenes que se han puesto al frente de poderosos movimientos entendieron a su paso por las universidades que hay que cambiar la dinámica de poner a todo un país a trabajarle a la Banca y a la corrupción, volviendo más rico a los grupos económicos, mientras los gobiernos se dedican a apretarle el cinturón a los ciudadanos en nombre de la democracia.
Lo que llama la atención es la coordinación tácita de silenciar y de ocultar información que reviste niveles de auténticas revoluciones políticas en esos países.
Al hacer la revisión en Colombia de cómo los medios han tratado esta información, nos encontramos que todo éste fenómeno lo han despachado con 2 titulares camuflados cerca de los avisos clasificados, llenos de odio y de estigmatización, y que reproducen la visión de las agencias de noticias.
Cuando no hablan del izquierdista radical Tsipras que “osa enfrentar al Banco Europeo y al Fondo Monetario”, se refieren a los dirigidos por Iglesias “como los amotinados que en Madrid atizan la desestabilización en medio de los esfuerzos de recuperación por parte del PP”. Todo ello es presentado como un coletazo castrochavista en el viejo continente.
De Pablo Iglesias dicen que es un estrafalario comunista que cobra en millones de euros pero que no se pone corbata y luce una cabellera tan exótica como descuidada (http://www.lavanguardia.com/de-moda/moda/celebrities/20141123/54420091317/pablo-iglesias-politico-coleta-que-arrasa-con-su-estilo.html).
Recuerdan el tratamiento que le dieron a Antanas Mockus en campaña reciente en donde sobredimensionaron su agnosticismo, aprovecharon su diagnóstico de salud y llamaban la atención sobre cómo era posible que Colombia tuviera a un presidente ateo y que de contera con barba.
Andan escarbando las cuentas, los contratos, las sábanas y las manías de los compañeros de Iglesias: Juan Carlos Monedero e Iñigo Errejón. De las chicas que se han ganado el respeto de la ola de indignados la prensa –siempre tan seria y reflexiva- cuestiona que no se hacen la pedicura y no asisten regularmente al salón de belleza como “nuestras ministras”.
Es extraño, los medios colombianos, siempre tan prestos a trasladarnos cuanta movida ocurre en España desde que éramos colonia, ahora les dio por no considerar de interés el marchitamiento de la derecha y la socialdemocracia madrileña representada por el PP y el PSOE.
Podemos, apenas cumple un año como partido; no gobierna en ninguna municipalidad de España y ya en las encuestas, incluso oficiales, le disputa el voto estimado al binomio que controla el poder desde la caída de Franco.
Los medios españoles andan desesperados buscando como desacreditar a los jovencitos que de la noche a la mañana llenan plazas, auditorios, presiden movilizaciones gigantescas, y han logrado recuperar la esperanza, y llenar de motivos a una nación que amenaza molicie.
Lo que era impensable está a punto de ocurrir, para frenar a Podemos va a ser preciso la unidad entre los partidos “irreconciliables”. Pronto se verá como el PP y el PSOE cierran filas para frenar a la bestia roja. Algo parecido sugirió el joven David Luna al proponer para Bogotá un frente de toda la derecha para arrebatarle a la izquierda el control del gobierno capitalino.
¿Qué sabemos de Podemos y de Syriza?, nada, salvo que es una horda de agitadores castrochavistas que han venido a fastidiar con propuestas irresponsables y populistas los “esfuerzos” que hacen los hombres de bien del gobierno. Lo mismo que dicen del alcalde Petro. Cuando a los medios les toca tratar con movimientos o líderes que cuestionan el establecimiento, de inmediato les cuelgan el estigma de izquierdista polémico, radical, o populista.
Con lo que no contaban es que ellos, los medios, ya no son hegemónicos y el público puede, si quiere, informarse por las vías digitales. La realidad maquillada por la prensa tradicional siempre fue una verdad incontrastable. Ahora la anchurosa vía digital permite escudriñar y cuestionar la manipulación y la mentira unilateral que produce la industria de la libertad de prensa corporativista.
Vienen varios eventos electorales en España (autonómicos, municipales y generales), sí en ellos Podemos y las fuerzas de izquierda derrotan a la derecha ibérica nuestras figuritas de pasarela tendrán dificultad para explicar lo que ocurre frente a las vitrinas del Corte Inglés.
Por primera vez en la historia un país de la llamada democracia occidental (el mundo libre), Grecia, se le planta a la troika (CU, Banco Central, y FMI) y le dice, no vamos a poner a la gente a aguantar hambre a cambio de pagar la deuda. Exigen que se les pague el dinero que los nazis les sacaron a la fuerza al país, una moratoria y una renegociación. En esencia es lo mismo que Podemos pide para España.
Ahora bien, Syriza accedió al poder político y Podemos podría obtenerlo por la vía electoral y aplicar medidas que los bufones del poder consideran anatemas.
Quienes se solazaron con “El fin de la historia”, deben ir a rescatar a Fukuyama de debajo del muro y pedirle que corrija el embuste. Mientras tanto, lo que ocurre en Grecia y España es noticia, ¿por qué la ocultan?
@mariolopez1959