Colombia ha sido un país atravesado por la violencia por sus cuatro costados y por eso no resultó una gran novedad que el viernes 4 de marzo de 1988, a nueve días de la cita democrática que tenían los ciudadanos para elegir a sus primeros alcaldes por voto popular, un grupo de hombres armados con sus rostros cubiertos irrumpió violentamente en la hacienda Honduras, situada en el caserío de Currulao, del municipio de Turbo en Antioquia, y masacró a 17 trabajadores bananeros. De inmediato, se trasladó a la finca vecina de La Negra y allí asesinó a otros 10 trabajadores más.-
Casi todos los labriegos masacrados pertenecían a los sindicatos bananeros Sintrainagro y Sintrabanano. La violenta incursión paramilitar desató una crisis en la región de Urabá, que derivó en un paro cívico y en la parálisis de 22.000 trabajadores de la zona bananera. El consejero de paz del gobierno del presidente Virgilio Barco Vargas, el economista Rafael Pardo Rueda, tuvo que entrar a mediar con los líderes políticos de la zona, y quedó en evidencia que el origen de esta masacre estaba directamente relacionado con la determinación de las autodefensas de impedir la consolidación política de la UP en la región, tal como lo informó en la fecha el diario bogotano El Espectador.-
Revisados los archivos de prensa de la época, encontramos, por ejemplo, que en el corregimiento de Oro, jurisdicción de Sabanalarga en el occidente antioqueño, la gente no salió a votar en la mañana. ¿Motivo? El miedo colectivo, pero después de las diez de la mañana, cuando se convencieron que nada pasaría, empezó el desfile de ciudadanos por las mesas de votación.- En ese mismo departamento, por razones de amenazas guerrilleras, cuatro corregimientos de los municipios de Cáceres y de Zaragoza no tuvieron elecciones: Campanario, San Juan de los cuatro morros, Piamonte y Puerto Colombia.-
Sin embargo el proceso pudo realizarse en los 1.009 municipios del país y con el paso de los años, con algunas excepciones, la figura del alcalde popular se consolidó como uno de los funcionarios que tiene la misión de poner en marcha todos los mecanismos para que las cabeceras puedan acceder al desarrollo, a las obras y al fortalecimiento institucional; otra cosa es que muchos de ellos se hayan desviado de la responsabilidad misional y hayan llevado a sus municipios a un caos de tal magnitud que más de un observador ha llegado a expresar que es la hora de revisar este mecanismo.- El debate queda abierto.-
Por coincidencias de esas que la vida nos depara, esta mañana de miércoles, Día Internacional de los Derechos de la Mujer, la Secretaria para las Mujeres de la administración departamental, Natalia Velásquez Osorio, mostró en el recinto de la Asamblea de Antioquia unas cifras poco alentadoras de la participación que tienen sus congéneres en la dirección de los cargos por elección, así como por los de nombramiento, que a decir verdad, como lo ratificó la señora esposa del gobernador Aníbal Gaviria Correa, la administradora de negocios, Claudia Márquez Cadavid, de 40 funcionarios de primera línea, 20 de ellos corresponden a mujeres.-
La señora Velásquez Osorio dijo que para el período correspondiente a 2019 – 2023, de las 125 alcaldías que hay en Antioquia, apenas 13 de ellas están ocupadas por mujeres, en tanto que apenas se cuentan 245 concejalas y en 17 cabeceras se carece de una voz femenina en igual número de corporaciones, y apenas hay una sola diputada, Verónica Arango García, del Centro Democrático – pero vale la pena subrayar que para el período que concluye el 31 de diciembre, también ocupó una curul María Eugenia Lopera Monsalve del Partido Liberal, quien se retiró para apostarle a la Cámara de Representantes -, objetivo que logró por el bien de ellas.-
¿Y cómo fue el panorama hace 35 años cuando se estrenó esta figura en nuestro ordenamiento territorial? Pues hay que decir que, ciñéndonos a los resultados electorales, la situación tampoco fue muy positiva para los intereses de ellas, si tenemos en cuenta que en aquella oportunidad el voto ciudadano permitió la elección de cinco alcaldesas en las siguientes cabeceras: Amagá con Gladys Guzmán Vanegas del conservatismo; María Carlota Vélez Vélez en Guadalupe, también conservadora; Didiar Esther Sarmiento Velásquez en Puerto Nare – La Magdalena del entonces Sector Democrático Liberal; María Eva Valderrama de Guerra, liberal en el municipio de Peque, y a Segovia llegó una militante de la Unión Patriótica, Rita Ivonne Tobón Areiza.-
Sin embargo, al concluir la sesión en la duma paisa, muchos salieron con algo de optimismo porque ven que la participación de la mujer ha crecido – aunque no lo han hecho en el número de votos - , de modo que para las elecciones del mes de octubre del 2023 se haga posible que a Medellín la gobierne una mujer y que al primer cargo administrativo en Antioquia tenga acceso otra de ellas.-
Y ya que recordamos las elecciones de 1988, que es el eje de estas crónicas, digamos que en Medellín el proceso estuvo reñido al punto de que la diferencia entre el ganador, Juan Gómez Martínez, del partido conservador del ala de Fabio Valencia Cossio, apenas superó al segundo, el liberal Juan Guillermo Jaramillo Correa, por 1.886 votos.- El primero contabilizó 97.986 y el segundo 96.100, según los datos de la Registraduría Nacional del Estado Civil.-
En lo que respecta a los seis municipios del Bajo Cauca, esta figura la estrenaron las siguientes personas: En Cáceres fue elegido José Darío Morelos Corena con 1.462 votos; Caucasia eligió a Rodolfo Enrique Beltrán Reyes con 4.543; El Bagre votó por Héctor Darío Velasco Vargas con 1.419; en Nechí gobernó Samuel Antonio Marulanda Patiño que contabilizó 1.996 votos; Tarazá eligió a Rogerio de Jesús Osorio Mejía con 2.076 votos y Zaragoza eligió a Eleazar Acevedo Olarte con 732 votos.-
Por tratarse de un tema que tiene muchas aristas, en próximas entregas se tendrán nuevas historias, en especial a lo que ha sucedido en nuestra martirizada región a la que nadie parece dolerle, como queda palpable en el paro minero que muchos han satanizado sin expresar que las fallas del Estado, su inoperancia y su ancestral abandono a la región, sembraron la semilla de lo que hoy observamos en esa rica y empobrecida zona de Antioquia.-