El 8 de marzo se conmemora el Día Internacional por los Derechos de las Mujeres. Una fecha importantísima que dolorosamente nos recuerda cada año a las mujeres que lo que hemos tenido que luchar, aunque no debería ser así pues si de derechos hablamos deberían reconocerse y ejercerse sin lucha alguna de por medio, podemos perderlo en un abrir y cerrar de ojos. Pero en un país como el nuestro la insistencia sobre ciertos temas se vuelve insólita. Pasan de largo textos, publicidades, noticias, campañas y no cambia el sentido que se le ha asignado. Es como si no se escuchara, no se leyera, no se pensara. Cada año volvemos a vivir lo que aparentemente es estulticia pero realmente es atraso. Más bien los dos, tal vez porque todos los atrasos son estultos per se. El atraso sociocultural cultiva estupidez que se acompaña de mala fe en este tema en particular: es resistencia obtusa y malévola porque con tanta información no puede ser que todavía hablemos del “Día de la Mujer”.
El 18 de marzo de 1999 yo escribía en La Hoja de Medellín:
Durante el mes de marzo se celebra el “Mes de la Mujer” pero particularmente el día 8 se desata la avalancha de “felicitaciones en tu día”, rosas, tarjetas y besos en la mejilla. Pregunté a cada uno como entendía la celebración y me topé con distintas interpretaciones, pero todas apuntaban a lo mismo. Un expendedor de gasolina me lo resumió: “mamita, lo que celebramos es la presencia de ustedes en el mundo, el adorno más lindo que tenemos los hombres”. Los adornos se cuidan, se brillan, se arreglan, se colocan en lugares visibles. También pasan de moda, se quiebran, se desechan o se reciclan. Pero jamás el adorno decide cómo ser, donde estar, qué hacer y cuánto valer. Esto es potestad de los dueños.
Las mujeres conocen la importancia que tiene su papel de adorno humano en este orden social. Todavía muchas sienten que es necesario para cumplir con lo que creen es su razón de ser en la vida. Ser madres, fundar un hogar convencional y mantenerlo hasta la eternidad. El príncipe azul no rescatará de la torre a una fea. Sólo a una mujer bonita se lleva a su casa y se mantiene para ser madre de sus hijos. En pos de ese ideal se les va la vida a las mujeres. Por eso invierten buena parte de la energía y el tiempo al proyecto estético, para fundar el llamado reproductivo (reproduce el orden social). Podemos elegir ese destino. Ser madres y amas de casa.
Pero también tenemos la posibilidad de elegir otro, conocido como productivo (en la cadena productiva del orden social) y mantenernos solteras, sin hijos y trabajando. O cómo lo desarrollamos algunas, no sin grandes malabares, mezclando hijos y trabajo y subvirtiendo el orden. ¿Por qué no? Eso es lo que celebramos en marzo. Tener opciones. No celebramos la mujer como un destino único, homogéneo e inexorable para el cual nos preparamos y esperamos pacientemente. Celebramos los derechos de las mujeres y las oportunidades derivadas para poder construir libremente nuestro destino.
24 años después en el mismo país estulto, atrasado y marrullero se sigue insistiendo en el tal Día de la Mujer. Con seguridad es de mala fe, después de tantos años y cambios en las mujeres a pesar de todos los obstáculos. Por favor, bastaría una corta lectura para darse cuenta de que eso, en lo que se convirtió, no es más que una parodia edulcorada con ridículas rosas y tarjetas que logró borrar lo que este día se conmemora: el profundo rechazo a una vida sin derechos por el solo hecho de ser mujer. Y la parodia también está envenenada cuando se utiliza cínicamente para promocionar ventas.
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24 años después en el mismo país estulto, atrasado y marrullero se sigue insistiendo en el tal Día de la Mujer
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Un ejemplo. Una empresa de productos alimenticios escribe “¡Hola! ¡El 8 de marzo se celebra el día de la mujer! 👌 qué mejor plan que preparar unas deliciosas pizzas con los mejores insumos!! 🍕😋” Podrían invitar a consumir su comida ese día así: “¡Hola, el 8 de marzo se conmemora el día de los derechos de las mujeres y lo vamos a apoyar!”. Si a mi lector o lectora esta estrategia de mercadeo que propongo le genera ruido entonces es que no ha entendido todavía qué es lo que el 8 de marzo las mujeres queremos conmemorar y le recomiendo que rápidamente haga la tarea, porque el tiempo pasa y un día a fuerza de derechos ejercidos el régimen de florecitas estúpidas se habrá acabado y tendrán que compartir de verdad el mundo con todas nosotras. Para redondear la idea acerca de lo que ese día nosotras queremos volver a traer a la agenda, le contesté a ese negocio: “Seguiré siendo fiel clienta, me encantan esos productos pero confío en el buen tino de las mujeres para entender que si tienen un negocio, ganan dinero, pueden votar, estudiaron, manejan sus propios bienes y demás, es precisamente porque un día como el 8 de marzo marcó un límite a los atropellos contra las mujeres”.
Otro ejemplo: en Colombia hay un artista excepcional que explica la realidad nacional con plastilina, es maravilloso. Pues la revista que lo publica dice en una red social: “En pocos días se celebrará el Día de la Mujer, por eso, hacemos un homenaje a ocho lideresas sociales que fueron asesinadas en los últimos meses... en plastilina”. ¿Será muy difícil de entender la relación que existe entre los derechos de las mujeres y el asesinato de las lideresas? Recomiendo especialmente este informe a la revista de marras: Lideresas Sociales en Colombia: el relato invisible de la crueldad. ( https://codhes.files.wordpress.com/2019/03/informe-lideresas-sociales-codhes-marzo-2019.pdf.) No es lo mismo ser líder social que lideresa social. Si bien los derechos son humanos, para todas las personas, hace años Hillary Clinton en su famoso discurso en Beijing en 1995 nos recordó lo que las feministas venían enseñando hacía más de una década y que pareciera una obviedad: “los derechos humanos son derechos de la mujer y los derechos de las mujeres son derechos humanos”. Así pues, asociar el ridículo “Dia de la Mujer” con la violación sistemática de los derechos humanos de las mujeres que visibilizan y lideran causas sociales es infame por decir lo menos. Es ignominioso.
Derechos tales como los políticos (el voto), civiles (creencias, opiniones), sociales (necesidades y recursos), humanitarios (garantías vitales), sexuales (control sobre el cuerpo) y maritales (relaciones de género) entre otros, no los tiene un adorno, para corroborarlo basta con mirar las cifras de desempleo femenino, feminicidio, violencia contra las mujeres – VCM o pobreza. Es por eso por lo que esta fecha se ha transformado de manera vil. No es un hecho casual. Lo han convertido en un día estúpido que nos viste de flores para tapar el olor nauseabundo que despide una sociedad que desprecia profundamente a sus mujeres.