Dejemos aún lado si primero fue el huevo o la gallina. Si la Rus de Kiev es o no la “madre” de Rusia. En todo caso, antes que existiera la Rus de Kiev, ya existían cantidades de pueblos aislados unos de otros en lo que hoy en día es Rusia. Con ellos se encontraron la varegos o vikingos cuando comerciaban pieles entre los hoy Países Bajos y el Imperio Bizantino. Estos, en sus travesías, recorrían los actuales territorios de Rusia, Bielorrusia y Ucrania. Sin embargo, fueron los rusos quienes se fueron uniendo en torno a Moskovia y le dieron base a su Estado. Gracias a esto fueron los que expulsaron a los tártaros mongoles, quienes los habían sometido durante 240 años, incluyendo a Kiev. Fue gracias al coraje ruso que se detuvo el avance mongol sobre Europa occidental, de la misma manera que fueron los rusos quienes le pusieron el freno a Hitler en Moscú, Leningrado y Stalingrado, y con orgullo izaron la bandera soviética sobre el Reichstag. Y así podríamos continuar, pero eso es largo …
Notas para la memoria: agregados territoriales a Ucrania
La Unión Soviética, que oficialmente se fundó en 1922, fue en parte heredera de los territorios del Imperio Ruso. Eso sentó las bases para formarse alrededor de 12 repúblicas, hoy Estados independientes, y luego, en 1939, Stalin, hábilmente agrega Lituania, Letonia y Estonia, a fin de crear una barrera contra Hitler.
Cuando se funda la Unión Soviética, lo que era en esencia el territorio ruso, a este ya le pertenecía Crimea, territorio que Catalina II La Grande le arrebató al imperio turco. Ese territorio que tanto reclama hoy Ucrania y la tal Comunidad Europea y la OTAN o NATO, nunca, ojo, nunca fue de Ucrania. Fue ruso. Y en un acto de locura con vodka incluido en una de sus acostumbradas borracheras, Nikita Krushchov, que por cierto era ucraniano, decide “entregarle” la jurisdicción de Crimea a la Ucrania Soviética, alegando, “que entre hermanos no se peleaban”.
En 1922, en vida de Vladimir Lenin, a quien se le considera el “padre” del socialismo soviético, en un “acto de camaradería y solidaridad proletaria”, anexa a la jurisdicción territorial de Ucrania las hoy regiones en disputas, como son el Donbass y Lugansk.
Cuando finaliza la segunda Guerra Mundial y se presenta un reordenamiento de Europa, Stalin le sede parte de Moldavia a Ucrania.
Como vemos, tres grandes territorios de Ucrania nunca fueron en esencia de esa nación. Ha, y no se olviden, que Stalin le quitó parte a Polonia y se lo dio a Ucrania. Y ojo, me faltaba una parte de Hungría, donde hoy vive en Ucrania un amplia “minoría” húngara, a la que, por cierto, los están obligando a ir a combatir contra Rusia.
Población, nacionalidad y cultura
La región de Crimea es de población rusa casi en un 90%, algo de cosacos, y un mínimo de ucranianos. Así que hablar de posesión territorial y cultural, no hay discusión alguna.
El Donbass y Lugansk son de mayoría rusa en un 80%, se sienten rusos, hablan ruso, se identifican con la cultura rusa a todo nivel. ¿Entonces de qué hablamos?
Política: cuando occidente le hizo conejo a Rusia
Por las razones que sea, cayó el Muro de Berlín. Entonces la OTAN se compromete con Gorbachov, hasta entonces Unión Soviética, que su alianza miliar no avanzaría sobre Europa Oriental. Más tardaron en “prometerle” que, en cumplirle, ya que inmediatamente, entre 1999 y 2004 la OTAN llegó a las puertas de Moscú por los lados de Lituania, Letonia, Estonia y Polonia. Y es entonces cuando arde Troya. Se intenta atraer a Ucrania y Georgia a dicha organización militar, a fin de hacerle un cerco completo a Rusia, pero para entonces ya Rusia se encuentra recuperada a todo nivel del descalabro de 1991, y con Putin a la cabeza, se comienza a orientar la geopolítica rusa con el fin de colocarle un tatequieto la OTAN. En primera instancia lo logra en Georgia, y se complementa reorientando las relaciones con las antiguas naciones ex soviética de Asia, y se crea una alianza política, económica y militar que en la actualidad ha venido funcionado. Sin descartar la alianza económica con China.
Sentimiento antiruso
Occidente considera a Rusia una nación paria, subvalora su historia, pero en especial su cultura. Pareciera que no le perdonaría cómo en solitario se edificó el Imperio Ruso, se construyó con errores y aciertos el socialismo, y finalmente, cómo se recuperó del descalabro de 1991 cuando la tuvieron casi noqueada. Para Occidente la mira está en partir a Rusia en tres pedazos y poder contar con sus inmensas naturales de todo tipo, no en vano, compraron a Gorbachov y Yeltsin, los embriagaron con el sueño “democrático”, y de por medio hubo muchos recursos, tal cual como hoy lo hacen con Ucrania. Y en esos intentos, se ha llegado hoy en día, en medio del conflicto, a desconocer toda la historia rusa en los niveles más inverosímiles, hasta el punto de que en algunas capitales europeas no se permite tocar a Tchaikovsky, Rajmáninov, leer a Pushkin, Tolstoy, Gogol, Lermantov, entre otros, y lo del deporte, eso sí que es penoso. En este sentido, que hubiera sido, si tales acciones se hubieran levantado contra los Estados Unidos por lo de Irak, Afganistán, Libia, y pare de contar.
Los hechos reales
Entre 2013 y 2014 se presentan una serie de enfrentamientos entre partidarios de que Ucrania entrara a la Unión Europea y quienes buscaban una alianza fuerte con Rusia. En el primer caso, la UE puso condiciones, y de por medio estaba que con Rusia nada, es decir, si es conmigo, con nadie más. Como vemos, Occidente buscaba por partida doble acabar el comercio completo entre Ucrania y Rusia, aislar a Rusia, y sentar las bases para que Ucrania entrara a la OTAN.
En este sentido, un pequeño sector, pero bien organizado, monta un golpe de opinión con manifestaciones en la Plaza Maidana, los medios de comunicación de Occidente hacen eco de este suceso, lo agranda, y provocan actos de terror que se le atribuyen al entonces presidente Víctor Yanukovich aliado de Rusia, quien al final es derrocado mediante un “golpe de opinión”.
Las regiones de amplia mayoría rusa, como el Donbass y Lugansk dicen no a formar parte de Ucrania, se separan tácticamente, y de inmediato las nuevas autoridades ucranianas, ya montadas sobre el tren de Occidente, inician una serie de combates a todo nivel en lo militar contra dichas zonas.
Con enfrentamientos abiertos, y Rusia de por medio apoyando a las regiones separatistas, se llegan a los famoso Acuerdos de Minsk I y II (Capital de Bielorrusia) en 2014 y 2015, auspiciados por Alemania y Francia, en donde se acuerda detener el conflicto y establecer una hoja de ruta de autonomía para las regiones mencionadas.
Pero entre 2014 y hasta 2022, la OTAN arma a Ucrania, la entrena, le entrega armas y se establecen trincheras por todos lados a fin de enfrentar a Rusia militarmente. Ya con el acercamiento de que Ucrania entre a la OTAN, Putin lanzó su cruzada en defensa de las regiones pro-rusas. El resto, hoy es un año de conflicto, en donde Occidente y Estados Unidos, le han entregado, dinero, armas de todo tipo, mercenarios, asesores, y solo falta que entren con sus ejércitos, y así ya provocar lo que se ha venido llamado lamentablemente la Tercera Guerra Mundial.
En este año de enfrentamiento, y después que Rusia cometiera una serie de errores tácticos, al no caer en cuenta del armento entregado por la OTAN a Ucrania, en el último mes, y debido a una gran movilización rusa, y al decaimiento de la población ucraniana en donde no tiene a quien reclutar, la balanza muestra a una Rusia fuerte, hasta el punto, que Occidente hoy se juega su futuro de no perder, y es tanto el orgullo, que de seguir como están las cosas, cualquier locura puede suceder, pero en todo esto, Rusia está dispuesta a jugarse el todo por el todo.
Hoy Ucrania está prácticamente destruida, sin posibilidad de ganar y en calidad de gancho ciego. Mientras tanto, la OTAN se le juega poniendo en riesgo una confrontación de grandes proporciones que el mundo hace décadas no conoce, solo que ahora, la situación es nuclear.
Occidente está pagando un alto precio en inflación y una posible desestabilización, y pese a todas las sanciones económicas contra Rusia, este país no muestra signos de decaimiento tal como pensaron los estrategas militares y económicos de Europa y los Estados Unidos, antes, por el contrario, con embargos de por medio, le siguen comprando recursos energéticos.
Un punto final. En todo esto ha jugado un papel Biden desde cuando era vicepresidente, a quien Obama encargó de armar la matriz Ucrania contra Rusia, y su hijo Hunter Biden la aprovechó con grandes contratos a su favor, lo cual fue denunciado por Trump. Como vemos, aquí ha habido corrupción y coimas de por medio para los Biden. Pero en todo esto queda una pregunta sin resolver: ¿cómo le pagará Ucrania a Occidente la gran deuda en la que lo ha embarcado con la disculpa de enfrentar a Rusia? No hay de dónde pagar, y eso lo saben ellos. El futuro es incierto.