Las marchas convocadas para el 14 y 15 de febrero de 2023 son el fiel reflejo de nuestro país. Por un lado, el gobierno llama a sus partidarios para que marchen para apoyar sus reformas: salud, laboral y pensional. Por otro lado, la oposición llama a sus seguidores para que rechacen estas reformas.
Entonces, uno se pregunta, ¿será que estas personas marchantes saben a ciencia cierta en qué consisten estas reformas tan complejas de conocer y entender? No lo creo. Si los especialistas y las personas con buenos conocimientos tienen que hacer esfuerzos para entenderlas, ¿cómo será para las personas comunes y corrientes?
Lo que utilizan ambos bandos es la manipulación emocional y la gente, que en su gran mayoría es ignorante (falta de conocimientos e instrucción, aunque no por su culpa), se deja arrastrar por la emoción y no por la razón. Así pues, lo que tanto gobierno como oposición deberían hacer antes que nada es divulgar ampliamente el texto de las reformas, consultar con los especialistas (como lo hacen algunos medios de comunicación) y enseñarle a la gente cuáles pueden ser las ventajas y desventajas de estas reformas.
Aunque para muchos esto puede parecer una utopía, esta debería ser la regla, ya que hay que dejar de acudir a sentimientos primitivos. Con eso en mente, después de la divulgación popular de la reformas y su discusión en muchos escenarios (academia, sindicatos, juntas de acción comunal, etcétera), entre ellos el Congreso (el más importante), las personas podrían tener un mejor conocimiento de ellas, evaluarlas y de esta manera hacer elecciones de una manera más consciente y racional.