Pablito es un campesino que nació dentro de una de las familias que intentaron colonizar el Sarare. Su papá perteneció a los primeros campesinos que llegaron al Sarare, en el Meta, buscando que les reconocieran sus tierras. Organizó a la gente y en los setenta creó la Asociación de Usuarios Campesinos (ANUC) Entró en los noventa, cuando apenas tenía 16 años, a la compañía Simacota. Aprendió de la rudeza de la guerra en la toma de Puerto Rondón, en Arauca, donde fue uno de los pocos guerrilleros que sobrevivió al contrataque que le propinó el ejército. Pablito, ya en la comandancia de la Domingo Laín, caneó goles tan duros como el secuestro de mas de 30 personas en el 2003, en el estadio de Saravena. Desde entonces se volvió una obsesión del ejército. En los primeros años de la Seguridad Democrática Uribe encargó a un batallón de Black Hawk, los ultramodernos helicópteros gringos que le había dejado el gobierno Clinton al país en el Plan Colombia. En las confrontaciones que tuvo con las FARC los de Pablito dejaron un saldo de 800 muertos pertenecientes a esa guerrilla.
Líder máximo de la Domingo Laín, el grupo más radical y opuesto a las negociaciones que tiene el ELN, hasta el lugar donde se esconde en los llanos no le llegan las voces de Antonio García, Gabino. El Domingo Laín se mueve de una manera absolutamente diferente a como lo hace toda esa guerrilla. Históricamente, los integrantes del ELN son campesinos la mayor parte del año que son convocados cada cierto tiempo para emprender acciones conjuntas. Así que dejan sus parcelas, se visten de camuflado, cargan sus armas y, cuando termina la emboscada, la acción armada, vuelven a su cotidianidad. La Domingo Laín es una estructura armada, de guerreros veinticuatro siete, que viven cómodamente de la extorción a las grandes petroleras internacionales que explotan el crudo en Arauca. Incluso hay pruebas que este frente, contradiciendo la historia del ELN, hecha con un fuerte componente católico, se dedica a actividades del narcotráfico, negocios por los que viaja constantemente Pablito a Apure, estado venezolano.
La Domingo Laín, bajo el mando de Pablito, ha tenido en los últimos años una historia inversamente proporcional al del resto de bloques elenos. En Antioquia, Barrancabermeja y el sur de Bolivar los paramilitares, a comienzos de este siglo, junto con la Seguridad Democrática, los diezmaron. Este no fue el caso de la Laín quien incluso, en las dos últimas décadas, pudo crecer de 500 a 1.500 combatientes y convertir Arauca en un fortín inexpugnable para la fuerza pública. Sus tentáculos se hicieron tan largos que llegaron a las ciudades. Entre el 2019 y el 2022 el grupo de Pablito ha tenido tanta fuerza que incluso ha golpeado tan fuerza en Bogotá y en Cúcuta.
Las imágenes aún están frescas. El 17 de enero del 2019 buena parte de Bogotá escuchó la explosión. Una camioneta Nissan Patrol, conducida por José Aldemar Rojas Rodríguez, colisionó contra otro auto de manera deliberada dentro de la escuela de cadetes General Santander. Ochenta kilos de pentolita no sólo mataron a 23 personas y dejaron heridas a más de 100 sino que destrozaron los diálogos de paz que había dejado sembrado el saliente gobierno de Juan Manuel Santos. El atentado al presidente Iván Duque en el 2021, mientras intentaba aterrizar en Cúcuta, tenía la impronta de Pablito, un hombre al que no le interesa doblegarse en una mesa de diálogo simple y llanamente porque no ha sido derrotado militarmente.
Desde el 2015, cuando se celebró el V congreso del ELN, celebrando los 50 años de la toma de Simacota, Santander, cuando se llevó a cabo la primera acción guerrillera del ELN y en donde fue recibido como miembro del COCE Pablito, se viene barajando la posibilidad de sentarse a hablar con el gobierno. La llegada de Gustavo Petro y su propuesta de Paz Total parecía allanar el camino. El desorden del Comisionado de Paz, Danilo Rueda, le ha impedido tener una agenda que marque el derrotero de la negociación. Antonio García igual ha intentado creer en la paz. Ha viajado territorio por territorio intentando convencer a la tropa, dar una imagen de unidad. Pero esta se rompe cuando se habla de Arauca.
Nada mas en el 2022 352 personas fueron asesinadas en ese departamento. La Domingo Laín provocó buena parte de ellas.
Pablito es un campesino que nació dentro de una de las familias que intentaron colonizar el Sarare. Su papá perteneció a los primeros campesinos que llegaron al Sarare, en el Meta, buscando que les reconocieran sus tierras. Organizó a la gente y en los setenta creó la Asociación de Usuarios Campesinos (ANUC) Entró en los noventa, cuando apenas tenía 16 años, a la compañía Simacota. Aprendió de la rudeza de la guerra en la toma de Puerto Rondón, en Arauca, donde fue uno de los pocos guerrilleros que sobrevivió al contrataque que le propinó el ejército. Pablito, ya en la comandancia de la Domingo Laín, caneó goles tan duros como el secuestro de mas de 30 personas en el 2003, en el estadio de Saravena. Desde entonces se volvió una obsesión del ejército. En los primeros años de la Seguridad Democrática Uribe encargó a un batallón de Black Hawk, los ultramodernos helicópteros gringos que le había dejado el gobierno Clinton al país en el Plan Colombia. En las confrontaciones que tuvo con las FARC los de Pablito dejaron un saldo de 800 muertos pertenecientes a esa guerrilla.
Pablito tiene cercado a Arauca y su frente, el Domingo Laín, es el gran ausente de la mesa de negociación que arranca hoy en México.