El aprendizaje significativo es el fin de toda educación y esta puede desarrollarse en las aulas académicas o en la cotidianeidad de la vida, como en el caso peruano, las protestas sociales están implantándonos una extraordinaria lección, solo que los actores no abren espacios para el diálogo, debido a que fueron educados desde el paradigma vertical, donde una persona trata de imponer sus ideas a los demás, entorpeciendo así toda forma de diálogo.
Esta imposición se da en las aulas ingenuamente liderados por los maestros. Los estudiantes, como estrellas del aprendizaje, desarrollan trabajos académicos grupales y siempre concluyen casi en todos los niveles de la educación, en una exposición que son aplaudidos por sus compañeros y el maestro, creyendo que aprendieron para la vida, pero no es así, porque simplemente memorizaron un texto y ese argumento trataron de imponer a sus compañeros, así como hoy, los políticos de diferentes tendencias ideológicas intentan imponer sus ideas a los demás.
Ante el aletargado paradigma de aprendizaje que no ayuda a vivir mejor, desde mi experiencia e investigación pedagógica en las diversas aulas, enarbolo como alternativa de aprendizaje, el Aprendizaje basado en el diálogo interactivo vivencial (ABDIV), como una poderosa e innovadora estrategia didáctica para lograr el real aprendizaje significativo de los estudiantes de todos los niveles.
El ABDIV, a modo de paradigma pedagógico de vida, postula como su punto neurálgico al diálogo interactivo-vivencial como un método pedagógico para todos los niveles de la educación, desde inicial hasta los posgrados. Claro, es una contundente herramienta capaz de solucionar los problemas sociales como la que estamos viviendo.
Y muchos se preguntarán sobre cómo se aplica en las aulas o en estas protestas sociales. En las aulas, se desarrolla contextualizándose a cada nivel, iniciándose con el planteo del tema a desarrollar, para que los estudiantes trabajan en grupos, liderados por el maestro y luego viene la parte final del proceso cognitivo y es ahí donde los grupos dialogan sobre sus temas, como en la vida real, apoyándose en una diapositiva, un papelógrafo u otros objetos, según sea el aula virtual o físico.
Y durante este diálogo vivencial, los estudiantes conversan con amenidad, empatía y creatividad, relacionando el tema con la vida real y el contexto local, nacional y mundial, siempre desde el enfoque crítico, creativo y reflexivo, y la propuesta, desbordando respeto hacia las ideas de sus compañeros, de esta manera generando un ambiente democrático, tolerante y solidario.
Asimismo, el ABDIV, podemos emplear como una herramienta dialógica para conversar entre los grupos que protestan y el gobierno, poniendo sobre el tapete democrático, las verdaderas necesidades de ambos bandos en igual condición, adornado desde la pedagogía humanista y empatía, cuyo único ánimo es lograr un acuerdo y consenso que beneficie a ambas partes y lo más importante, el resultado beneficiará a los demás.
Palmariamente, el ABDIV va más allá del campo académico, pues su interés es humanístico y se perfila como una acción pedagógica que desarrolla creatividad, solidaridad, pensamiento crítico, compromiso social, trabajo colaborativo e interculturalidad, por lo que se recomienda esta estrategia que busca la convivencia a través del diálogo y el intercambio de experiencias en el mismo entorno del aula y en la sociedad buscando el buen vivir.