Este es otro de los libros importantes de Ngũgĩ wa Thiong'o, destacado e influyente escritor, novelista, ensayista, cuentista y dramaturgo keniata. Él es s uno de los escritores e intelectuales africanos más influyentes en el mundo y por la importancia de su obra literaria ha sido varias veces candidato al Premio Nobel de Literatura. Profesor de literatura en las universidades de Nairobi (Kenia), Makerere (Uganda), Leeds (Inglaterra) y California (Estados Unidos), entre otras. Autor de varias novelas, ensayos, cuentos y obras de teatro, aunque solo cuatro de sus obras han sido traducidas al español: Un grano de trigo, Matigari, El diablo de la cruz y El brujo del cuervo.
Si bien Un grano de trigo y El diablo en la cruz figuran entre las cien mejores obras literarias africanas, Descolonizar la mente se ha convertido en un importante tratado de lingüística en la literatura africana, porque examina con rigor y profundidad la importancia de escribir en las lenguas africanas. Condensa profundos y rigurosos análisis académicos sobre el papel que tiene la lengua en la construcción de la identidad, la historia, la cultura y las estructuras sociales de un país.
Thiong'o en este libro, como en Desplazar el centro, plantea cómo deben desarrollarse las luchas por las libertades culturales en el mundo para romper las fronteras mentales y desplazar los actuales centros de poderes hegemónicos con el fin de descomponer y redistribuir las hegemonías culturales de las leguas.
Explica que, durante los últimos cuatro siglos, las culturas del mundo han sido dominadas por un conjunto de Estados occidentales (Europa y Estados Unidos) que, en sus arrogancias de creerse superiores al resto del mundo, se creen el centro del universo y se han abrogado los derechos de imponer sus culturas y sus visiones del mundo al resto de la humanidad.
Por lo tanto, a partir del control del centro del poder económico, político y cultural han desplegado un dominio devastador de aniquilación y represión del resto de las culturas y, desde luego, una de sus principales víctimas de las aniquilaciones son las culturas africanas.
En su criterio, de allí la importancia de desplazar ese centro para liberar a las culturas africanas y a las del resto del mundo de las alienaciones culturales de los europeos y estadounidenses. En este libro, dice: “a lo largo de los años he llegado a darme cuenta de que el trabajo de cualquier tipo, incluso, el trabajo literario creativo, no es el resultado de un genio individual, sino el efecto de un esfuerzo colectivo”.
Sustenta que “hay muchos estímulos detrás de la creación efectiva de una imagen, de una idea, de una línea argumental, incluso de una estructura formal”, y concluye, “ las mismas palabras que utilizamos son el producto de una historia colectiva”.
Este escritor que dejó de escribir en inglés y ahora lo hace en su lengua nativa kikuyu plantea: “El swahili debería ser la lengua nacional y oficial de toda Kenia, las otras lenguas nacionales deberían enseñarse en las escuelas, y el inglés debería considerarse como lengua prioritaria de comunicaciones internacional para el pueblo keniata”.
Kenia fue una colonia inglesa que logró la independencia en 1963. Desde hace décadas, sus universidades son centros de álgidos debates académicos sobre la importancia de que los escritores keniatas plasmen sus creaciones literarias en sus lenguas nativas.
El contenido de este libro hace parte de los debates amplios y prolongado sobre la importancia de la lengua en el desarrollo de los pueblos y la trascendencia que tiene para los africanos que sus escritores escriban en sus lenguas nativas.
En criterio de Thiong'o eso se traduce en un valioso aporte en la descolonización de las mentes de los africanos y en el rescate de los valores de las riquezas culturales de los pueblos africanos.
Expresa que los imperialismos occidentales siguen teniendo parte del control de la economía, la política y las culturas de África. De ahí la importancia de las luchas de los pueblos africanos para liberar sus economías, sus políticas y sus culturas de las garras de ese nudo asfixiantes europeo y estadounidense. Sintetiza que los imperialismos y sus aliados políticos y comerciales jamás serán capaces de desarrollar a África. Sustenta sus tesis en el hecho que Europa desde el siglo XVIII saquea a África: en primer lugar, con las riquezas de los recursos naturales; en segundo lugar, con el robo de las incalculables obras de artes; y, en tercer lugar, apoderándose del conocimiento de sus mentes para enriquecer sus lenguas y sus culturas.