Por su ubicación geográfica, por las diversas manifestaciones culturales que se realizan anualmente en su territorio y por ser el lugar que acogió los acuerdos de paz entre el Estado colombiano y las FARC-EP, Fonseca es unos de los municipios más importantes del sur de La Guajira.
Este ha tenido un destacado crecimiento poblacional. En este proceso han tenido que ver las grandes migraciones de personas provenientes de Venezuela, pero también el hecho de ser uno de los municipios receptores del proceso de paz: muchas personas que en razón al conflicto se habían desplazado a otros territorios del país han ido regresando. Actualmente, Fonseca cuenta con una población aproximada de 33.000 habitantes.
Aunque este municipio es cuna de grandes intérpretes vallenatos y territorio ancestral indígena, la poca o nula inversión de los gobiernos locales en el sector de la cultura ha hecho que muchas costumbres fonsequeras se encuentren en vía de extinción, ya que con el pasar de los años se han ido perdiendo.
Sus habitantes comentan que Fonseca ha cambiado mucho en las tradiciones culturales. “Las cosas no se hacen como antes, se han perdido muchas costumbres buenas, bonitas, ahora ven puro teléfono”, cuenta con nostalgia Olegario Serrano. A pesar de este panorama, las personas de más edad del municipio mantienen la memoria de las tradiciones de Fonseca. Por ejemplo, ellos recuerdan cómo décadas atrás se pilaba el maíz para hacer las arepas o cómo se llegaba al río con bateas, manduco y almidón de yuca para lavar.
Remover estos recuerdos en los viejos que aún conservan estas memorias hace que sus rostros se iluminen. De hecho, en ciertos momentos dejen escapar una sonrisa o un largo suspiro mientras rememoran con entusiasmo las épocas del oro, cuando eran jóvenes y enamoraban a las muchachas con canciones de Escalona o versos improvisados que sin duda conquistaron muchos corazones.
Así pues, los gestores culturales de los distintos corregimientos de Fonseca llegaron a la conclusión de que la perdida de las costumbres se relaciona con que actualmente muy poco se educa a los niños y adolescentes sobre las tradiciones y la herencia cultural. De allí que actualmente sectores de la población y los gestores culturales estén formulando proyectos para fortalecer la preservación y salvaguarda del patrimonio cultural de Fonseca.
Dalís Bolívar, gestora cultural de la Casa Museo Luis Enrique Martínez del Hatico, comenta con esperanza: “Hemos venido buscando las formas o estrategias de cómo trabajar colectivamente para empezar a usar las diferentes herramientas que nos ayuden a la valoración de nuestro patrimonio, trabajando en conjunto todos los actores culturales para conseguir que las administraciones inviertan con proyectos fortaleciendo las artes, talentos costumbres y saberes de este departamento especialmente en Fonseca para que estas expresiones culturales no se pierdan”.
La pérdida paulatina de la memoria histórica, sobre todo en el aspecto cultural, es un fenómeno que no solo ocurre en el casco urbano de Fonseca. También los indígenas wayúu del resguardo de Mayabangloma se muestran preocupados por lo mismo. Ellos cuentan que la falta de desarrollo económico y social dentro de sus comunidades ha obligado a sus habitantes a irse en busca de oportunidades de trabajo y estudio. Esto ha jugado en contra, ya que ha derivado en la pérdida de sus tradiciones y lengua.
Yesid Pushaina, profesor y periodista del resguardo de Caisemapa (municipio de Distracción) afirma: “Esta problemática que vivimos los wayuú, está ocurriendo en el caso de todos los resguardos, no contamos con escuelas dónde educar a nuestros niños y evitar que estos tengan que trasladarse al pueblo para estudiar, también la falta de oportunidad nos hace buscar para el pueblo que está bajo influencias occidentales y vamos perdiendo poco a poco nuestra identidad”.