A través de un comunicado, el Movimiento Nacional Carcelario (MNC) anunció que desde el 16 de enero a las 3:00 p. m., más de 3.000 presos del Complejo Penitenciario La Picota iniciaron una jornada de desobediencia pacífica.
La protesta, que consiste en una huelga de hambre y en negarse a ser encerrados en las celdas, está motivada por una serie de condiciones a las que son sometidos los presos y que son catalogadas por ellos mismos como inhumanas.
Ellos denuncian que la comida que les entregan es de mala calidad, que la cantidad es poca, que se suele ofrecer en horarios inoportunos, que se hace caso omiso a las peticiones de quienes, por enfermedades, no pueden consumir ciertos alimentos y que, incluso, a veces reciben alimentos en estado de descomposición.
También advierten que la atención médica dentro del complejo penitenciario es precaria por no contar con suficiente personal médico y de enfermería y por la poca disponibilidad de medicamentos.
Adicionalmente, denuncian que no se cumplen con las visitas que deberían estar estipuladas y que no les son suministrados los productos de aseo de primera necesidad.
En La Picota están cansados de lo que denominan como “política de la zanahoria y el garrote” y solicitan la presencia de organizaciones defensoras de derechos humanos.
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