Entre el acoso y el jugo de borojó en el Transmilenio

Entre el acoso y el jugo de borojó en el Transmilenio

"Podría ser acusado de abusador"

Por: alberto Lozano
febrero 02, 2015
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.
Entre el acoso y el jugo de borojó en el Transmilenio

Tenía que llegar, no había otra opción. Entré corriendo al portal de Transmilenio y pregunté mientras pasaba la tarjeta del pasaje por el escáner cual ruta me llevaba cerca a la universidad en el centro de Bogotá. La G4 me respondió la chica que se acuesta sobre la máquina para evitar que alguien se cuele sin pagar.

Bajé corriendo y allí estaba. Una multitud se disponía a entrar al bus, me deslicé como pude y fui el último, la puerta se cerró, y respiré aliviado. Ya estaba adentro.

Sujeté fuerte mi maleta, el profe Olmedo estaría en la entrada de la U. para llevarme ante el decano, era mi oportunidad de trabajo para el 2015, me estarían esperando, pero, debo tranquilizarme pensé, todavía hay tiempo. Así estaba sumido en mis angustias, cuando el bus frenó intempestivamente y todos nos fuimos hacia adelante y luego atrás al acelerar de nuevo , ahí la vi, estaba frente a mi, sus labios casi me rozaban, sus senos se aplastaban contra mi pecho y por primera vez sentí que una maleta estaba entre mis piernas junto con la mano que la sostenía, entonces ,se me olvidó como por arte de magia el profe Olmedo, lo tarde que iba y el no rotundo que me atormentaba o, el incierto y mentiroso, "lo llamamos luego".

No la describo para no pasar por chicanero, además no me atrevía a mirarla, mantuve los ojos en otras personas, el bigote del sujeto que estaba al lado estaba mal cortado y pude ver el mensaje que escribía en su teléfono la chica que se apretujaba a él". Lo que pasa es que tu ya no me amas". De pronto el bus frenó nuevamente y sus labios, los de la chica en cuestión, casi me besan. La presión me aplastó contra ella, y lo peor, la mano se movió en mi entre pierna, me dije, "tengo que pensar en algo", pero no pude porque la puerta se abrió y a la fuerza, varias personas entraron y me empujaron aumentando la presión.
No puedo moverme, esto va mal. Me acordé que los sexólogos recomendaban que para detener la excitación pensar en la abuelita era de gran ayuda y ojalá cuando estuviera moribunda, pero yo no conocí a la mía y por eso esto no podía pasarme. Ya que lo pienso, creo que fue culpa de un jugo de borojó que me tomé hace un mes de sobremesa con el corrientazo (almuerzo) en el restaurante de doña Rosita.
Otra vez el bus freno, el ruido de la puerta al abrirse y nuevamente más personas empujándome hacia ella. Nada estaba bien, la mano se movía por el cansancio de sujetar la maleta por tanto tiempo, supuse. Si pudiera poner música, o escuchar a Alvaro Uribe o, alguno de sus discípulos, que usualmente hablan pendejadas que me enojan y avergüenzan, pero aunque tengo el manos libre estoy impedido,puesto que mi teléfono está en el bolsillo del pantalón y me es imposible sacarlo.

Temía lo peor," saldría por las noticias de la mañana, las del medio día y de la noche durante tres semanas especialmente en Caracol y Rcn, inclusive podría ser linchado ahí mismo. Ese jugo de borojó de doña Rosita era realmente prodigioso y poderoso.

Pero cuando todo estaba perdido me llegó la salvación como un milagro impulsado por los artilugios del mismo borojó. El teléfono estaba directo y me entró la llamada mas "maravillosa", era la madre de mis hijas, "tiene que venir esta noche", me dijo, "su perro está enfermo y debe recogerlo para llevarlo al veterinario", Le pregunté que tenía y me respondió que vomitaba. "Además no olvide traer el dinero del semestre para danielle, e informar al banco su teléfono y nueva dirección, porque siguen llamando a cobrar y me tienen cansada"; "bye" respondí. Y sucedió el milagro, ya no pasaba nada, la puerta se abrió y por fin la vi a los ojos, me sostuvo su mirada y sonrió, me dijo bye y desapareció en la estación entre la gente, y así todo terminó. El profe Olmedo me agarró del brazo y juntos corrimos por el pasillo, ya nos estaban esperando.

Noa Ohram

Sigue a Las2orillas.co en Google News
-.
0
Nota Ciudadana
Caricatura: Atentado contra Trump

Caricatura: Atentado contra Trump

Nota Ciudadana
La guerra en Colombia: una herida que debe sanar

La guerra en Colombia: una herida que debe sanar

Los comentarios son realizados por los usuarios del portal y no representan la opinión ni el pensamiento de Las2Orillas.CO
Lo invitamos a leer y a debatir de forma respetuosa.
-
comments powered by Disqus
--Publicidad--