El oriente del Departamento de Caldas, específicamente los municipios de Pensilvania, Manzanares, Marquetalia y Samaná, se ha convertido en los últimos años en una zona de gran atractivo para la explotación de energía hidráulica.
Esta zona del departamento de Caldas posee un rico sistema hidrológico compuesto, entre otros, por el río La Miel, el río Manso, el río Pensilvania, el río Tenerife y el río Guarinó; además de ello se caracteriza por ser sumamente montañosa, no haber presencia de reservas indígenas o afrodescendientes y tampoco estar protegida por alguna figura de salvaguarda ambiental. Todo esto convierte al oriente de Caldas en un lugar privilegiado para los proyectos hidroeléctricos.
Fuente: Google earth
Para aprovechar el potencial hidroeléctrico de esta zona del país, se conformó un grupo de inversionistas integrados por la Unión Temporal Centrales Hidroeléctricas del Oriente de Caldas UT-CHOC (Latinco S. A., HB Estructuras Metálicas y Estygma S. A.) y algunas entidades públicas como el Departamento de Caldas a través del Instituto de Financiamiento, Promoción y Desarrollo de Caldas INFICALDAS.
La explotación de recurso hídrico-energético se llevará a cabo por medio de minicentrales, es decir, aquellas centrales que generan entre 5 y 50 Mw (Mega Watios) y a través del mecanismo denominado “a filo de agua”. La generación de la energía mediante este mecanismo se hace desviando parte del caudal del rio hacia un túnel construido a través de la montaña, que normalmente tiene entre 5 y 6 Kms, lo que le da velocidad y fuerza al agua, para luego descender a una “casa de máquinas” donde mueve las aspas de una turbina hidráulica que transforma esa energía cinética en energía eléctrica, cayendo de nuevo el agua en el cauce del río.
A través de este mecanismo, según sus promotores, el impacto ambiental es mínimo, pues se trata de centrales muy pequeñas, el agua vuelve de nuevo al río y no se requiere mayor aprovechamiento forestal o compra de predios.
Sin embargo, la perspectiva del Departamento es crear 11 de estas centrales hidroeléctricas de aquí a 2027 . En promedio, estas centrales generan 20 Mw, en otras palabras, se trata de generar más de 220 Mw mediante pequeñas centrales regadas por toda la banca oriental del Departamento. De modo que lo que en principio podría considerarse como un impacto menor al medio ambiente, quedaría en entredicho cuando se mira el conjunto de centrales hidroeléctricas que se proyecta construir.
El caso específico de la Central Hidroeléctrica El Edén (promovido por la UT-CHOC e IINFICALDAS, participación del 70% y el 30% respectivamente), uno de los proyectos en ejecución, muestra que las afectaciones medioambientales son sumamente graves desde el punto de vista de las comunidades. Este proyecto se ubica en el Corregimiento de Bolivia, jurisdicción del Municipio de Pensilvania y pretende aprovechar las aguas del río La Miel a través de su canalización por un túnel de cerca de 6 Kms aproximadamente.
Durante la construcción de El Proyecto El Edén se han registrado infiltraciones de aguas superficiales hacia el túnel de 70 litros/segundo, cuando el máximo permitido por el Plan de Manejo Ambiental es de 17 litros/segundo, lo que ha ocasionado la suspensión del Proyecto en diferentes oportunidades por parte de la Autoridad Ambiental.
Aquellas aguas infiltradas corresponden a reservorios de aguas, quebradas y nacimientos superficiales que alimentan los predios de numerosas fincas campesinas. Muchas familias se han visto perjudicadas por el desabastecimiento de agua lo que las ha obligado a priorizarla en el uso doméstico y humano y relegarla del uso agropecuario. Las afectaciones son incontables: las moliendas de la caña que se hacían una vez cada mes, ahora se hacen cada tres meses; el lavado del café, que está directamente ligado a su calidad, se hace dos o tres veces por semana mientras antes se hacía diariamente; el engorde de reses se ha hecho más lento y costoso; los criaderos de los animales, como marranos y gallinas, ya no pueden asearse tan a menudo lo que ha provocado focos de infección y obligado a mermar su producción o simplemente dejarla de hacer.
Albeiro Aterhortúa, un habitante de la vereda La Costa, se abastecía de la quebrada La Balastrera que le proporcionaba, tanto en época de invierno como de verano, unos 1.000 a 1.200 litros de agua diarios para atender las necesidades de su familia y de su finca. Actualmente CORPOCALDAS ha determinado una disminución del 60% del caudal de la quebrada y un secamiento total de algunos de sus puntos y afluentes, lo que se ha traducido en que la familia de Albeiro, compuesta de cuatro personas, tenga que sobrevivir con unos 100 litros diarios que apenas si alcanzan para el consumo humano y las labores domésticas.
La UT-CHOC ha desplegado un Plan de Contingencia para el abastecimiento de agua que no atiende a las necesidades de las personas. En primera medida supeditan el acceso al agua a la firma de documentos con los cuales las personas temen dar su aprobación al Proyecto. En segundo lugar, instalaron un tanque de 5.000 litros de agua que es llenado cada dos o tres días y que debe abastecer a tres familias. Aun con su instalación, las personas que accedieron a esta medida deben sufrir la inconstancia del suministro de agua pues en ocasiones pasan cuatro y cinco días sin que el tanque sea llenado.
La afectación a las actividades agropecuarias está poniendo en peligro el modo de subsistencia de estas familias, lo que las ha obligado a considerar el desplazamiento hacia otros lugares en caso de no solucionarse el problema de desabastecimiento de agua. La vulneración a sus derechos se hace más flagrante cuando se conoce que muchas de estas familias fueron objeto de desplazamiento forzado entre los años 2000 y 2006 por cuenta de grupos paramilitares y guerrilleros.
Es innegable que la obtención de energía eléctrica a través del sistema “a filo de agua” es menos lesionador al medio ambiente que el sistema de represamiento, sin embargo, de no atenderse a la problemática de las infiltraciones de causes superficiales y subterráneos, se ocasionará un perjuicio para el interés público que no se justifica conforme a los beneficios obtenidos en la generación de la energía eléctrica.
Estamos presenciado un nuevo fenómeno de desplazamiento pero ahora por causas ambientales. De no contenerse las afectaciones medioambientales que están causando estas minicentrales, se repetirá la catástrofe de Berlín (Samaná) donde Isagem no pudo contener las infiltraciones en el trasvase del río Manso, y en ultimas, debió comprar 462 hectáreas pertenecientes a las familias que habitaban la montaña ante el secamiento irremediable e irrecuperable de los causes superficiales que corrían por ella.
