Qué zaperoco laboral el que armó Gustavo Petro con la tal eliminación de los contratos de prestación de servicios y la creación de unas plantas temporales.
Lo paradójico del asunto es que ni los contratos de prestación de servicios serán eliminados, ni las plantas temporales acabarán con el clientelismo, ya que básicamente son un disfraz del mismo.
Lo peor en esa transición es que nadie sabe quién va a continuar prestando el servicio público de cada entidad pública. Millones de trabajadores, además de la clase política, están a la expectativa.
El otro zaperoco es el de Claudia López con la movilidad. Ella tiene patas arriba la ciudad. De modo autoritario, con tufillo persecutorio, cambió el pico y placa de automóviles. Mientras tanto, total anarquía para las motos.
¿Será esto producto de un simple cálculo electoral? Hay que recordar que hay casi dos millones de motociclistas votantes.
Lo peor de todo, es que ante cualquier queja, lo más probables que ella diga "si no les gusta, pues váyanse de la ciudad, hermano".