Pasada la navidad, la primera dama Verónica Alcocer tomó rumbo a Cartagena acompañada de sus hijos Sofía, Antonella y Nicolás para instalarse en la Casa de Huéspedes Ilustres en el fuerte de Manzanillo, un lugar aislado al que se accede por el mar. Pasado un par de días se les unió el presidente Petro con una agenda que puede cumplir fácil con desplazamientos en helicóptero desde el fuerte.
Fue el Presidente Julio César Turbay quien le encargó al emblemático arquitecto colombiano Rogelio Salmona, el diseño de la casa presidencial en el fuerte Manzanillo, un área de control de la armada, a la que se accede principalmente por agua, aunque puede llegarse por tierra. La obra fue inaugurada al final del gobierno de Julio Cesar Turbay en 1982 y desde entonces es el lugar preferido de los presidentes para pasar especialmente la temporada de diciembre, aunque como su nombre lo indica, es el lugar perfecto para atender a mandatarios.
Juan Manuel Santos fue de los presidentes que más la aprovechó y la convirtió en sede alterna de reuniones privadas para avanzar en las negociaciones del proceso de paz, casi que escala obligada en desplazamientos hacia La Habana. Cartagena era el destino preferido de los Santos y combinaban encuentros en la Casa del Marqués de Valdehoyos, la sede alterna de la Cancillería en Cartagena y atenciones en restaurantes del Centro histórico como La Vitrola con la Casa de Huéspedes ilustres, lugar que incluso escogió Santos la fiesta de despedida de su equipo de gobierno con el rey vallenato Jaime Dangond.
Los Petro han mantenido reserva frente a los planes para la cena del 31 de diciembre y por el momento se han circunscrito a su familia inmediata.