Un fantasma recorre Cali: es el fantasma de la miseria. Todos los males sociales que pueden aquejar a una ciudad han tomado su forma en la Sultana del Valle. El miedo constante y la angustia por el porvenir es el común denominador para la mayoría de los caleños que salen todas las mañanas en busca de una oportunidad para vivir mejor, o mejor dicho, para sobrevivir.
Haciendo un sondeo sobre la opinión que tienen los caleños de su Alcalde, no pude encontrar ni una sola apreciación positiva sobre la gestión del Doctor Guerrero en la capital del Valle del Cauca, puede ser tal vez, que mis entrevistados tengan una opinión sesgada del mandatario pese a sus distintas posiciones ideológicas, o quizás, definitivamente en Cali no había existido una administración tan mala como la actual. La verdad, esta última opción es la que más me suena.
¿Por qué los caleños tienen una opinión tan negativa del alcalde?
Buscando respuestas a esta pregunta, me encontré con una pareja de esposos que representan el perfil de la mayoría de las familias caleñas; salseros, trabajadores, con esperanzas nulas en la política y con un hijo que les da dolores de cabeza, es decir, le pregunté a mis padres.
"Ese maldito MIO", fue lo que les escuché decir casi en coro al terminar mi pregunta. Para nadie es un secreto el fracaso del sistema de transporte masivo de Cali, no solo por sus problemas estructurales tales como; la ineficiente prestación del servicio, las malas condiciones laborales e incumplimientos con sus trabajadores, sino también por los efectos colaterales que ha provocado en la ciudad, un ejemplo de ello es el aumento en el llamado transporte "pirata", se podría decir que la forma en la que Metrocali y la Alcaldía han llevado la implementación del sistema, ha impulsado exponencialmente la aparición de diferentes formas de transporte informal en la ciudad. Entonces, es normal que una persona que tres años atrás se demoraba de su casa al trabajo 20 minutos y contaba con 3 rutas de buses, responda con una frase de indignación, ahora se demora 50 minutos porque solo le sirve una ruta del Mío y debe hacer combinación en la estación Andrés Sanín en hora pico.
Pero a la poca aprobación popular del alcalde producida por los problemas del sistema de transporte, se le suman los altos índices de desempleo, de homicidios, los elevados impuestos, y la precaria prestación del servicio de salud en el municipio.
Son tantos y tan grandes los males que aquejan a la ciudad hoy en día, que para poder sacar a Cali del agujero en el que se encuentra es necesario que los caleños cambien su forma de elegir quien los gobierna. Cali necesita un alcalde que conozca más el Distrito de Aguablanca y los barrios populares que el Club Colombia.
@BryanHincapie