Los nuevos gobiernos muestran buenas intenciones para reducir el tamaño del Estado y generar cierta austeridad, lo cual termina siendo no tan cierto. En el cuatrienio pasado (Iván Duque), se creó un nuevo ministerio, el del deporte. Antes era un departamento administrativo adscrito a la presidencia, similar al Consejo Superior de Deportes de España. El rango ministerial del deporte se aprobó más por sentido común y publicitario que con argumentos suficientes. Así las cosas, fue un hecho que modificó el nombre, sin la debida transformación interna.
Lo absurdo es que siga funcionando con la vieja estructura de Coldeportes. Cambió el aviso, pero sigue bajo el antiguo esquema. La nueva ministra, la excampeona olímpica María Isabel Urrutia, se encontró con un gran enredo, que no le permite operar como es debido y de manera ejecutiva como ministerio. De allí que uno de sus primeros retos sea reorganizar la estructura institucional para transformarla operativamente de departamento administrativo a ministerio.
Los cambios generan traumas y conflictos, con los cuales siempre hay que lidiar. Más aún cuando la mayoría de contratistas que vienen del gobierno anterior van hasta el 31 de diciembre de 2022, bajo un esquema distinto y con quiénes no es fácil continuar. Son más de dos mil funcionarios entre personal de planta y por contrato, con los que cuenta el ministerio. Con ese recurso humano se requiere hablar un solo idioma y trabajar como equipo para poner en marcha el nuevo plan de desarrollo deportivo.
Con méritos o no, la mayor parte de contratistas llegan recomendados, con afinidades políticas que los respaldan. Con el cambio de gobierno, terminan sus contratos y la nueva cabeza tiene libertad para revisar nuevas hojas de vida o mantener a otros si es el caso, por méritos indiscutibles. Hoy al gobierno se le critica la no continuidad de muchos de ellos, cuando es un hecho normal en todos los cambios de dirección, contar con su personal afín que sea competente y con el perfil adecuado.
Frente a ello hay reacciones de tantos que quieren seguir a como dé lugar, desconociendo el fuero de la nueva dirección. Esta situación ha propiciado malestares previsibles que trascienden a los medios de comunicación, con el propósito de aprovechar a algunos periodistas para que visibilicen una problemática para la defensa de sus intereses personales, más no institucionales. Algunos comunicadores cayeron en la tramoya, con falta de suspicacia, frente a unos intereses ocultos de los supuestos “afectados”.
Estas acciones desvirtúan una realidad y buscan frenar el avance de la necesaria transformación. Además, se encuentra tantas veces con una poderosa resistencia al cambio, lo cual genera conflictos y desencuentros. En todo ello quienes se sienten afectados reaccionan, de allí supuestas denuncias de maltrato y acoso laboral que se han ventilado en medio de una gestión que busca un nuevo orden administrativo. Y el desorden administrativo que mencionan algunos medios, es justamente lo que debe intervenir la ministra, para darle forma de ministerio a esa entidad.
Lamentablemente han querido poner en entredicho no solo a la misma ministra Urrutia, también a uno de sus directivos, Edwin Cabezas, reconocido profesional de la actividad física y el deporte que viene de ser el director técnico del Comité Olímpico Colombiano. Ello demuestra su trayectoria con un gran prestigio construido a través de años de resultados. Las quejas en su contra parecen más intentos de retaliaciones, ante la afectación de unos intereses personales.
El nuevo jefe de Posicionamiento y Liderazgo de Mindeporte, recién está iniciando y ya hay supuestas denuncias anónimas. Ello evidencia el desespero seguramente de quienes terminan este año y buscan presión mediática a su favor. Una dirigente de una liga deportiva se queja de una llamada en la noche para que permita el ingreso de un delegado de Mindeporte a una asamblea, lo cual era pertinente. Pero intenta hacer un incendio, creando una novela por el apoyo desde el ministerio a un medallista olímpico de la región, que mucho les puede aportar y con quien hay que ser grato.
Los 10 retos de Mindeporte
A pesar de todo ello la nueva administración está concentrada en realizar una gestión a nivel ministerial como tal y tiene al menos unos diez desafíos por cumplir:
1. Transformación:
del modelo Coldeportes a Mindeporte. Que no solo sea cambio de nombre, también de estructura.
2. Profesionalización: perfeccionamiento profesional de los líderes deportivos, dirigentes y responsables técnicos de las bases deportivas. Promover las intervenciones y el desempeño de forma profesional con evidencias y argumentos.
3. Descentralización: establecer y llevar los servicios de Mindeporte con fácil acceso a las regiones para beneficio directo de los usuarios, construir una mayor base de semilleros deportivos y brindar mejor atención científico técnica integral a los deportistas de excelencia.
4. Investigación: Reestructuración, modernización y agilidad al programa de Ciencias aplicadas al deporte. Trabajar con la evidencia científica y desarrollar conocimiento especializado con estudios propios. Convertir el laboratorio de control al dopaje en un verdadero proyecto de investigación y de apoyo clínico al deporte colombiano.
5. Participación:
Crear formatos atractivos y seductores, para que las comunidades de todo orden hagan parte de la práctica regular del deporte, la recreación y la actividad física. Hacer de la recreación activa una forma productiva, que brinde mayor sentido de vida.
6. Competición:
Reforzar el apoyo, acompañamiento y respaldo a los deportistas (y equipos) de alto rendimiento con el propósito de conseguir grandes logros deportivos para el país. Fortalecer los programas de talento y de deportistas apoyados.
7. Integración:
El Sistema nacional del Deporte es uno solo. Mindeporte como institución directriz, generará lineamientos consistentes en la búsqueda de una integración, inclusión y articulación de todo el sistema a través de los entes deportivos departamentales, municipales, distritales y locales. Así mismo con el Comité Olímpico y Paralímpico, las federaciones deportivas, ligas y clubes.
8. Activación:
Es propósito esencial de Mindeporte coadyuvar por un país con gente activa y saludable, dado que el sedentarismo del país sobrepasa el 50% de la población. Una reducción de al menos un 10-15% será una meta prioritaria del cuatrienio, lo cual contribuye a salvar muchas vidas. Así mismo hacer de la recreación activa un programa masivo e incluyente.
9. Racionalización:
la gestión de Mindeporte obedecerá a los lineamientos establecidos dentro del plan de desarrollo del nuevo gobierno. Una de las prioridades es la eficiencia de la gestión con inversiones totalmente racionales y que correspondan estrictamente a la misión institucional con indicadores medibles.
10. Comunicación:
No solo a partir de la información real de una gestión y de la importancia que significan los medios de comunicación para Mindeporte como coequiperos. Es mantener una interlocución válida en todos los niveles, incluso con valiosos productos interactivos con contenidos útiles, impactantes y persuasivos. Construir confianza y credibilidad con hechos demostrables y evidentes a través de la comunicación asertiva. De
Cuando un cambio se está dando siempre será difícil y doloroso. Las controversias no van a faltar, se pisan muchos callos. Allí es donde se requiere decisión y autoridad para evitar presiones indebidas, especialmente frente a cierta manipulación de algunos medios interesados. El liderazgo es construir confianza con carácter, competencia y coherencia. Mindeporte y su cabeza deben ser un referente ejemplar, así lo reafirmó alguna vez el inspirador Albert Einstein: “Dar ejemplo no es la principal manera de influir sobre los demás; es la única manera”.
