¿Por qué nadie está hablando de Velia Vidal, una colombiana elegida hace unos días por la BBC como una de las 100 mujeres más influyentes del mundo? ¿Cuál es su mérito? Enseñar a leer a los niños pobres del departamento del Chocó. Con un saltarín y una canasta de mandarinas, lleva libros a los barrios más populares y a las escuelas de Quibdó, logrando una acogida sin precedentes entre la niñez.
Pues bien, ella hoy lidera una fundación con un nutrido equipo de profesores y psicólogos que se dedican 100% a esa iniciativa pedagógica. Velia Vidal sí sabe cuál es el punto de partida con el que se puede procurar el desarrollo social del país: la educación. A pesar de que tiene apenas cuatro mil seguidores en Instagram, es una verdadera influencer.
La importancia de la educación
Leí hace unos meses sobre una iniciativa que desarrolló en 1993 el entonces presidente Franklin D. Roosevelt en los Estados Unidos: el New Deal (Nuevo trato). En el marco de esta, un grupo de mujeres valientes llevaban a lomo de mula y caballo muchos libros a los rincones más alejados de los Estados, propendiendo por el desarrollo de la nación después de la gran depresión. Los niños las esperaban en las montañas como si fueran una suerte de Santa Clauses que llegaban semanalmente cargadas de cultura. Al final del proceso, la transformación de las zonas donde se implementó era evidente.
En septiembre de 1945, después de la bomba de Hiroshima, en Japón se establecieron “las directrices para un nuevo Japón”. Dentro de los aspectos más importantes de estas se destacaron: la ampliación de la educación, las bibliotecas y museos a todos los espacios ciudadanos; y la eliminación de los contenidos relacionados con lo militar, ya que la educación debía estar enfocada únicamente a la paz. No es posible hablar de pacificación y desarrollo sin educación.
Con eso en mente, hoy Estados Unidos y Japón siguen siendo potencias. Tal vez cuando existan más mujeres y hombres como Velia Vidal, Colombia también lo sea.