La campesina que se le enfrentó a Anglogold Ashanti en el Cauca
La primera impresión de Marcela Rosero es la de una mujer reservada. Antes de empezar a hablar con ella se ve tímida y un poco prevenida, nada extraño para una mujer que gran parte de su vida se ha dedicado a luchar por los derechos ambientales de su lugar natal, algo que le ha traído varios sustos. Pero inmediatamente se da a la tarea de contarnos sobre su labor, esas sensaciones desaparecen. El trabajo que ha venido llevando a cabo en aras de salvar el municipio de La Vega, Cauca y todo núcleo del macizo colombiano, demuestra que está hecha de acero.
Pertenece al Proceso Campesino Popular del municipio de La Vega, una organización que hace parte del Proceso de Unidad Popular del Suroccidente Colombiano (PUPSOC). En él, ha venido desarrollando un proceso colectivo que busca crear una protección integral del territorio. Es que en el imponente Macizo colombiano desde hace años quieren empezar a hacer minería, algo que afectaría seriamente el territorio; y así mismo, al país. Y ella no quiere que eso pase.
La manera como habla sobre su lugar natal es indescriptible. Lo hace con una pasión que solamente las personas que nacieron y viven en el macizo podrían tener. Puntualiza en el hecho de que ellos no pertenecen a un comité ambiental que surgió a partir de algún proyecto, sino que son un colectivo que tiene un acumulado de lucha de 35 años, desde 1987. Esta lucha busca, específicamente, que se cumplan los derechos de las comunidades que viven en el Macizo; pero desde el año 2002 se ha dedicado también a denunciar las políticas minero energéticas que se han desarrollado en el país desde hace un buen tiempo, y más las que buscan destruir su hogar.
Su mapa de lo que pasa en el núcleo del nudo de Almaguer es claro. Con criterio periodístico ha investigado y rastreado títulos, empresas y proyectos que se pretenden hacer allí y los nombra sin titubear. ‘CarboAndes’ ‘Continental Gold’ ‘Anglogold Ashanti’ y otras corporaciones; y proyectos como ‘La Custodia’ ‘Piedra Sentada’ y ‘Dominical’, salen de su boca al mismo tiempo que hace un llamado de alarma al gobierno y a toda la comunidad nacional. Estos proyectos se quieren quedar con el 90% de la estrella hídrica del país y si eso llegase a pasar sería el fin del macizo colombiano.
Desde su trabajo y el de sus compañeros han desarrollado iniciativas enfocadas en fortalecer la cultura y el arraigo en el territorio para que las personas tengan un sentido de pertenencia real del núcleo del Macizo. Desde la organización a la que pertenece se han creado escuelas campesinas, marchas por la vida y por el agua, encuentros populares. Incluso, se han ‘untado las manos’, en el buen sentido de la palabra; y han defendido los territorios a tal punto que han recibido amenazas, e incluso les han asesinado a algunos compañeros.
No hay duda que la labor de Marcela Rosero no es nada fácil. Ella misma lo dice “combatimos a la política estatal extractivista, a las organizaciones y a actores armados”. Esa es una labor que puede significar la vida.
