En días recientes se anunció la que quizás será la pelea más dura que tendrá que dar Gustavo Petro para cumplir su promesa de campaña de reformar el sistema pensional de Colombia.
Esta batalla mucho más difícil que la que tuvo que dar para aprobar la reforma tributaria, donde los gremios sacaron toda su artillería de desinformación y noticias falsas para lograr torcer la opinión pública a favor de sus intereses particulares. Y es que el dinero que se maneja en los fondos privados es una cosa de locos: 360 billones de pesos tienen 18,5 millones de personas ahorrados en los 4 fondos privados que existen (Colfondos, Porvenir, Protección y Skandia). La magnitud del dinero ahorrado es tan grande como 14 reformas tributarias.
Primera mentira disfrazada de verdad: los aportes que usted y su empleador hacen mes a mes destinados a una pensión son resguardados por los fondos privados en una cajita muy segura para que lo disfrute en su vejez. Además de eso, le entregan una muy buena rentabilidad por dicho ahorro.
La verdad es que los fondos utilizan ese dinero para hacer inversiones, es decir, con el dinero de millones de colombianos se invierte por ejemplo en acciones de las empresas del Grupo Empresarial Antioqueño, el famoso GEA.
¿Que es una inversión? Una inversión es una participación en un negocio, el trabajador pone plata y participa en el negocio por ejemplo del grupo Nutresa, Argos y Suramericana (chocolatinas Jet, Colcafé, Noel, Cream Helado, Cemento Argos, etcétera). Hasta ahí todo bien: un negocio justo, el trabajador se hace socio de una empresa respetable, como lo son las del Grupo Empresarial Antioqueño.
Pero aquí viene lo oscuro, a pesar de las millonarias inversiones que hacíamos los 18,5 millones de trabajadores por intermedio de nuestros aportes a pensiones invertidos en empresas como estas, estas acciones nunca se valorizaban, curiosamente, a pesar del buen estado de sus finanzas y de las millonarias ventas de sus reconocidos productos, el precio de las acciones se mantenía casi que estancado. Por consiguiente, nuestros ahorros pensionales mantenían una modesta rentabilidad apenas para cubrir la desvalorización del dinero a causa de la inflación.
Tuvo que llegar un megamillonario como Gilinski, con el dinero de los árabes, a querer formar parte de este negocio para que se develara algo: tan pronto como ofreció la compra de las empresas del grupo, el valor de las acciones instantáneamente se duplicó. ¿Qué quiere decir esto? Sencillo, el gupo GEA y los fondos de pensiones mantenían desvalorizada la inversión de nosotros los millones de trabajadores. Mientras los jefes de dicho grupo tenían una vida de jeques, con jets privados que seguramente se pagaban con lo que nosotros creíamos estaba a buen resguardo para en un futuro poder gozar de una pensión.
Segunda mentira disfrazada de verdad: sus ahorros son intocables, nadie le va a quitar un peso. La verdad es que como se explicó anteriormente nuestros ahorros se invierten en el mercado de acciones y resulta que durante las crisis económicas como la que estamos viviendo por cuenta del covid, la guerra de Ucrania, el paro nacional, etc, el valor de las acciones se desploma.
En mi caso particular, de diciembre de 2021 a septiembre de 2022, el saldo de mi fondo de pensiones perdió un 12% sin contar con la desvalorización causada por la inflación que es de un 12% adicional. En otras palabras el poder adquisitivo de mis ahorros perdió una cuarta parte en tan solo 9 meses. Si antes mis ahorros me alcanzaban para gozar de una pensión durante 10 años, ahora solo me alcanzara para 7,5 años.
Lo anterior puede llegar a ser entendible por la dinámica de los mercados, lo que no es justo es que los fondos de pensiones sigan cobrando su porcentaje de administración del 2,1% por administrar perdidas. Es ilógico. Si la administración fuera correcta, durante las crisis los ahorros se deberían invertir en portafolios superconservadores como un CDT que le garantiza por lo menos una rentabilidad que cubra la inflación.
Entonces no se deje meter los dedos a la boca por los medios de comunicación que son de propiedad de las mismas empresas que salen beneficiadas por la inmensa inyección de capital que le estamos haciendo los colombianos a través de los fondos de pensiones prácticamente de forma gratuita. Si ellos necesitan plata y se la piden a un banco, el banco les cobra intereses, pero si los que les prestamos esa plata somos los trabajadores por el contrario, en lugar de que nos paguen intereses, debemos pagarles a ellos para que nos “administren” los fondos.
La propuesta del gobierno Petro no toca para nada nuestros ahorros individuales, eso de la tal expropiación es una mentira.
Lo único que quiere hacer Petro es obligar a que la mayoría de Colombianos que cotiza su pensión, lo haga en el fondo de pensiones del estado que se llama Colpensiones, de esta forma los aportes futuros se destinan a un fondo que no tiene como política hacer negocio sino más bien garantizar una pensión mínima para los asalariados de menores recursos.
A diferencia de los fondos privados, en Colpensiones su pensión no va a depender de la dinámica de los mercados y de crisis económicas que nadie puede controlar, simplemente se calcula basado en el ingreso promedio durante sus últimos años laborando, si el fondo se queda sin plata, el estado le garantiza su pensión.
Quienes tengan un ingreso superior a 4 salarios mínimos pueden seguir aportando a los fondos privados y sus ahorros no se los toca el gobierno, eso sí, nadie le garantiza que el mercado de acciones no se los tumbe aún más.