La violencia contra las mujeres y las niñas (VCMN) es definida como una grave violación de los derechos humanos, con consecuencias físicas, sexuales y mentales inmediatas y a largo plazo que pueden ser devastadoras para las mujeres y las niñas.
La violencia contra la mujer, que es sufrida en todos los continentes por una de cada tres mujeres, es considerada como “crisis mundial”, “pandemia olvidada”, ocasionando antes de 2019 en todo el mundo 243 millones de mujeres de entre 15 y 49 años víctimas de violencia sexual o física perpetrada por su pareja en los últimos 12 meses, pese a que se cumplieron 40 años de la conformación de un marco jurídico en su favor, entre los cuales está considerado el plan más progresista que jamás ha existido para promover los derechos de la mujer, el que les “otorga una voz fuerte y resonante” o el considerado “el plan más visionario para lograr la igualdad de género”.
Colombia ha ratificado la mayoría de las resoluciones, acuerdos y tratados internacionales vigentes sobre derechos humanos y derechos de las mujeres, empezando por la Resolución 3010 (XVII) de la Asamblea General de las Naciones Unidas, adoptada el 18 de diciembre de 1972 en la que se proclamó el año 1975 como el Año Internacional de la Mujer. En ese mismo año Las Naciones Unidas comenzaron a celebrar el Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo.
En el siglo pasado, en 1979, se dicta la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, adoptada por las Naciones Unidas; el CEDAW, el tratado de derechos humanos más importante para las mujeres. En 1995 se expide la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, tenido como el plan más progresista que jamás ha existido para promover los derechos de la mujer.
En cuestiones de recursos económicos para afrontar la VCMN en 1999 se crea el Fondo Fiduciario de la ONU para Eliminar la Violencia contra la Mujer, el primer fondo mundial, y único, de concesión de subvenciones multilateral y especializado en la prevención y la erradicación de todas las formas de VCMN. Con el mismo propósito de han organizado fondos como ONU-Mujeres, el Fondo para la Mujer, la Paz y la Acción Humanitaria y el Fondo Fiduciario de las Naciones Unidas en apoyo de las medidas para eliminar la violencia contra la mujer. El último fue el Fondo para la Mujer, la Paz y la Acción Humanitaria (WPHF), creado en 2016.
En este siglo, el 31 de octubre de 2000, se aprobó La resolución 1325 por los 192 Estados Miembros de las Naciones Unidas, que puso a las mujeres en el centro de la paz y “supuso un hito histórico”. Es la única resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en la que todo el proyecto estuvo a cargo de la sociedad civil. Desde hace 41 años el 25 de noviembre, se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. En desarrollo está El Plan Estratégico 2021-2025 del Fondo Fiduciario de las Naciones Unidas para poner fin a la VCMN.
En Colombia en este siglo han salido numerosas normas nacionales y locales, entre otras en 2008 la Ley 1257 sobre normas de sensibilización, prevención y sanción de formas de violencia y discriminación contra las mujeres; en 2011 se aprobó la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras; al año siguiente se subscribieron los Lineamientos de la Política Pública para la Equidad de Género para las Mujeres y el Plan Integral para garantizar a las mujeres una vida libre de violencias, y en 2014 la Ley 1719 para garantizar el acceso a la justicia de las víctimas de violencia sexual, en especial la violencia sexual con ocasión del conflicto armado. El acuerdo de paz firmado en Colombia en 2016 fue el primero en el mundo en incorporar un enfoque de género con medidas para resarcir el daño sufrido por mujeres y personas LGBT.
Los autores de la VCMN generalmente son personas cercanas a la víctima como su pareja, expareja o familiares, pandillas y hasta las mismas autoridades. La víctima puede encontrarse en cualquier escenario privado o público; agudizándose para las mujeres que viven en regiones rurales, de violencia o marcadamente poblados por grupos armados ilegales; para las que participan en movilidad migratoria y las pertenecientes a grupos étnicos indígenas y afrocolombianas.
La VCMN es global, así como las mujeres en Ucrania tienen la necesidad urgente que les proporcionen servicios de atención sanitaria; las de Mongolia reclaman una ley sobre la igualdad de género; o en Rwanda una que prohíba la discriminación por razón de sexo en el acceso a la tierra; en Turquía, Nepal, Sudáfrica y la República de Corea, sí que faltan leyes contra la violencia doméstica o una legislación que penalice todas las formas de violencia contra las mujeres en Burkina Faso o plataformas jurídicas contra la trata de personas en Ucrania y Moldavia. En Afganistán, la República Centroafricana, Libia, Sudán del Sur, Sudán y Yemen, a las mujeres se les niega literalmente participar activamente en política.
En América, Colombia en las elecciones territoriales 2020 y 2023, experimentó una disminución de cargos de elección popular a nivel territorial, respecto del periodo anterior. se aboga por planes efectivos que afronte el feminicidio en Panamá, o la reclamada investigación nacional sobre los desaparecidos y asesinatos de mujeres indígenas en Canadá. Indica ONU Mujeres que entre 45% y 55% de mujeres de la Unión Europea ha sufrido acoso sexual desde los 15 años de edad. Sería extenso describir el atlas mundial de la VCMN.
Son diversas las formas en que se manifiesta la VCMN, dependiendo el ámbito donde se desarrolla como el entorno doméstico, escolar, laboral, social, etcétera. Se ha clasificado en abusos, abortos y embarazos forzados, acoso en línea y fuera de ella, amenazas, asesinato , desapariciones involuntarias, explotación sexual, la falta de protección legal, la mutilación genital femenina, matrimonio infantil, negación de la herencia, los derechos de propiedad y el acceso al crédito; obstáculo a acceso a recursos, autonomía económica y participación en la vida pública; la pobreza; trata de seres humanos, terrorismo, torturas, violaciones, xenofobia y falta de oportunidades para el acceso a rutas de atención, a empleo, salud, educación y otros servicios básicos. Una causa de discriminación poco difundida es la sobre carga en las labores domésticas y de cuidado del hogar.
Según el DANE, las mujeres dedican, en promedio, diariamente 7 horas y 46 minutos de su día a actividades de cuidado no remunerado, mientras los hombres lo hacen 3 horas y 6 minutos.
Aunque se ha avanzado en materia de VCMN, queda mucho por hacer, como por ejemplo económicamente, aumentando la provisión de los Fondos internacionales mencionados; se busca que crezcan los movimientos feministas a nivel mundial, se expida una jurisprudencia internacional robusta y que los servidores públicos sean más sensibles “particularmente cuando se trata de atención humanitaria a poblaciones vulnerables, como las mujeres migrantes víctimas de violencia”, señaló Marcela Orozco, Coordinadora de proyectos del Instituto para las Mujeres en la Migración (IMUMI.