Doctor GUSTAVO PETRO URREGO
Presidente de la República
Señor Presidente:
Soy economista con una experiencia de 46 años en la docencia y administración universitaria, tanto en el sector público como privado, lapso durante el cual he vivido experiencias que me han permitido conocer y analizar la realidad de nuestro país y presentar ideas orientadas a contribuir en la solución de la grave crisis que padecemos.
Dentro de esta perspectiva, quiero expresarle mi apreciación, a tres meses de haberse posesionado como Presidente de la República, tanto en la parte política, como en lo concerniente a su gobierno. En cuanto a lo primero, observo dos diferenciados comportamientos:
Uno, la reacción iracunda de los más autorizados voceros de los partidos que históricamente han detentado y usufructuado el Poder y los recursos del Estado, quienes al verse despojados de tales privilegios en los recientes comicios presidenciales, a favor de un cambio que profundice en la erradicación de la pobreza e injusticias que por décadas ha padecido el pueblo colombiano, ven en quienes encarnan este liderazgo a fantasmas que no los dejan dormir y tratan de atemorizar con sus pesadillas a los sectores incautos de la población.
Por otro lado, se escuchan las expresiones de júbilo de un pueblo sufrido, humillado y sometido al silencio, que liderado por un espadachín, portador del escudo protector de la vida, como es la palabra y, de la formación ciudadana que busca transformar la sociedad, ha despertado las esperanzas de un pueblo y convocado su voluntad para que, unido y organizadamente, encauce sus energías hacia el logro del desarrollo sostenible en nuestra patria, donde impere la paz y se hagan realidad los deseos de disfrutar la vida digna que nos merecemos.
Lamentablemente, los nostálgicos del Poder, acuden a todo tipo de subterfugios para tergiversar los objetivos de los proyectos que su gobierno presenta al Congreso, para darle solución definitiva a los problemas de los sectores más pobres de la población, haciendo uso de los medios masivos de difusión, los cuales tienen a su total disposición.
En lo referente a su gobierno, usted debe tener muy claro, que ésta es la oportunidad esperada durante muchas décadas y, no aprovecharla en su verdadera dimensión, sería un error histórico, cuyas consecuencias rebasarían los linderos de nuestra patria.
Es imperativo hacer la tarea, pero hacerla bien, porque el momento es único y los enemigos del pueblo, están al acecho para aprovechar el mínimo error que se cometa, a fin de asaltar el poder y ponerlo nuevamente a su servicio.
Infunden preocupación las dudosas expresiones por parte de quienes tienen la responsabilidad de diseñar e implementar las políticas de su gobierno, con las que se busca superar las condiciones de pobreza en que se encuentra Colombia, pues, lo esencial en los actuales momentos, es afianzar la confianza y seguridad en la ciudadanía con relación a las acciones que el gobierno ha de realizar.
Consecuente con lo expuesto, quiero referirme a las ligeras, por no decir que ingenuas, expresiones de altas funcionarias del gobierno, quienes por su investidura, están obligadas a ser cautelosas, claras y veraces en sus afirmaciones:
- El 7 de octubre la viceministra de Energías, Belizza Ruiz, expresó "No habrá nuevos contratos de exploración y de explotación de hidrocarburos".
- El 8 de octubre, la ministra de Minas y Energía, Irene Vélez dijo "No habrá más exploración ni explotación de hidrocarburos. No sé qué parte de esa frase no han entendido".
Las anteriores expresiones, influidas por la actual sensibilidad de la economía mundial, generaron desconfianza en los inversionistas del sector con el consecuente efecto en la devaluación de la moneda nacional.
El ministro de Hacienda y Crédito Público, José Antonio Ocampo, como responsable de la política económica del país y con toda la autoridad que le da su experiencia y conocimientos, refutó las afirmaciones de las dos funcionarias, expresando: “esa decisión, perdóneme que le diga a la viceministra, no ha sido tomada”, afirmación que neutralizó el alza desaforada del dólar, creando, momentáneamente, un ambiente de tranquilidad en los inversionistas.
El 7 de noviembre, la Ministra de Minas y Energía, con una expresión cargada de ironía, dijo "El gobierno no va a salir desesperadamente a ampliar la frontera extractiva de hidrocarburos".
Da la impresión de que la Ministra desconociera la incertidumbre sobre el tiempo que los inversionistas requieren para obtener resultados favorables en sus exploraciones, lo cual implica que, para garantizar la producción de petróleo necesaria para darle estabilidad a los ingresos del Estado, es indispensable ampliar la contratación en este campo, o ¿será que la Ministra va a esperar que le informen cuántos pozos se agotaron para autorizar nuevos contratos?
Subvalorar lo que representa la producción petrolera en el PIB nacional, en la generación de divisas y en el aporte al presupuesto de la Nación, es un riesgo que puede conducirnos peligrosamente a una situación similar a la venezolana.
Los problemas del país no se resuelven con el simple deseo y arrogancia de los funcionarios, se resuelven poniendo al frente de cada uno de los sectores económicos a personas con capacidad para interpretar la realidad, tener claros los objetivos y utilizar los instrumentos adecuados para generar el cambio que estamos buscando.
Para lograr este cambio, se debe contar con los recursos necesarios y Ecopetrol está aportando al presupuesto nacional, un monto tan significativo, que es imposible, en el corto plazo, sustituirlo por una o varias actividades productivas que se puedan implementar.
Hay un viejo adagio que da a entender cómo, de algunos bienes que pueden considerarse dañinos o inútiles, se obtienen bienes útiles, como es la expresión “del cuero salen las correas” y, en el caso que estamos tratando, podemos aplicar: "de Ecopetrol sale el Cambio”, veamos si esto es posible: Para el próximo año, el gobierno recibirá por utilidades de Ecopetrol un poco más de $15 billones de pesos, valor que representa el 75% de la reforma tributaria que se acaba de aprobar y su contribución al cambio puede ser, a manera de ejemplo:
- En Reforma agraria:
- Compra de 500.000 hectáreas de tierra, a $15 millones cada una, para una inversión anual de $7.5 billones.
- Construcción anual de 10 mil kilómetros de vías terciarias con sus respectivas obras civiles complementarias, con una inversión de $1.5 billones.
- Reforestación nacional y plan especial para la Amazonía. Mediante vinculación permanente de dos mil campesinos, con sueldo mensual de $2.500.000, para un gasto anual, incluidas las prestaciones de $90 mil millones. La ejecución de este proyecto hará de Colombia un país modelo en reforestación y protección del planeta.
- En Salud
- Capacitación de médicos en especialidades clínicas para cubrir el déficit de estos profesionales (5.000 aproximadamente), a través de créditos blandos, ($180 millones por profesional), recursos que manejaría el ICETEX, (500 especialistas anualmente) que equivale a una inversión de $90 mil millones al año. Es lamentable que siendo este problema tan visible, ningún gobierno lo haya abordado para solucionarlo, con el fin de reducir notoriamente los costos de estos servicios, en beneficio de la salud de la población y del erario público.
- Conformación y dotación de sociedades mixtas de servicios de alta tecnología para la operación de 50 laboratorios clínicos en el país, en los que el Estado invertiría el 50%, e inversionistas privados, el otro 50%., para un total de $5 mil millones anual, por parte del gobierno.
- En Educación.
- Construcción y dotación de instalaciones y vinculación de profesores especialistas en formación para la primera infancia, con una inversión de $200 mil millones por año.
- Capacitación pertinente a docentes de educación básica y media, con una inversión anual de $47 mil millones.
- Asignación de $3 billones para otorgar créditos, a través de Icetex, sin intereses, a estudiantes que ingresen a la universidad.
- En Ciencia y tecnología.
- Se invertirían $3 billones para iniciar la revolución científica y tecnológica en Colombia, con el fin de dar un vuelco a las políticas que, en su mayor parte, se limitan a validar remedos de investigaciones que no se orientan a contribuir en la solución de los problemas del país.
Si este plan de inversiones se cumple, indudablemente que el proceso de cambio que usted se ha comprometido ejecutar en su gobierno, avanzaría por el camino correcto.
Con el objetivo de garantizar que las exploraciones petroleras se realicen en las zonas autorizadas, y dentro de los parámetros establecidos por la ley, se requiere que las autoridades competentes vigilen rigurosamente su cumplimiento.
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