En un blog anterior “Las contradicciones de Petro” me referí con algún detalle a la economista Mariana Mazzucato persona citada frecuentemente por Petro. Pues dos semanas después de publicar mi blog, me enteré que la Asociación Bancaria la había contactado para traerla al país con el fin de escucharla personalmente, conversar con algunos empresarios, y promover un contacto con el Presidente.
Pues bien, ambas cosas se lograron. Hace dos semanas, el diario El Tiempo publicó una entrevista de María Isabel Rueda con esta economista, que vale la pena revisar para resaltar algunos temas importantes. El primero de ellos, que el Gobierno decidió contratar a Mazzucato para que lo asesore, en el momento en que se está trabajando en el Plan de Desarrollo. Su influencia en esta coyuntura puede ser clave, dada la relevancia que Petro parece darle a sus conceptos.
La decisión de contar con esta economista como asesora de Petro y su equipo obliga a estudiar más de cerca sus trabajos y publicaciones, dado que también ha asesorado a otros gobiernos en diferentes partes del mundo. Después de haber hecho una investigación más detallada de sus conceptos, veo que podría servir de puente entre el sector privado con este gobierno, que ha demostrado una pugnacidad y gran desconfianza del papel que deben de jugar los empresarios en el desarrollo del país.
Leyendo con cuidado la entrevista de Rueda a Mazzucato, he identificado algunos de los puntos que podrían servir de base común para lograr el acercamiento entre las dos partes antes de que las diferencias se vuelvan insalvables, con consecuencias desastrosas para el país.
Para que una agenda progresista pueda generar los cambios hacia un crecimiento sostenible, su dirección requiere la capacidad y las herramientas económicas que lo permitan. La ideología de izquierda radical sola, no lo puede lograr. Necesita unas bases conceptuales más actualizadas que los conecte con la realidad cambiante del mundo contemporáneo.
Por ejemplo, Mazzucato es muy clara en afirmar que ha sido más fácil "pensar en el Estado benefactor, en la redistribución, en reducir la inequidad, lo cual ha sido un vocabulario más natural para la izquierda. En cambio, es menos natural hablar de cómo transformar, un sistema económico a través de estrategias industriales, políticas de innovación, para cocrear con el sector privado y no de manera muy diferente a como lo hemos hecho en el pasado".
Pero además es muy clara cuando concluye que lo anterior, “significa que hay que hablar de creación de riqueza, de crecimiento, de catalizar la inversión en el sector de los negocios. Todos los sectores deben ser parte de la transformación de un país, lo cual es más difícil que decir simplemente que vamos a reducir la inequidad”.
Estos dos párrafos, que copio textualmente de la entrevista, serían una muy buena base de convergencia con el sector empresarial. Si Petro compra los planteamientos de Mazzucato y está dispuesto a desarrollarlos como parte de su agenda, abrirían el tablero para “cocrear” una visión más innovadora y unas estrategias, que permitieran tener unas metas ambiciosas de crecimiento, basado en una nueva aproximación al concepto de la industrialización.
Pero hay un mensaje muy de fondo: estos conceptos podrían servir para lograr construir un propósito, que debería quedar plasmado en el Plan de Desarrollo, que permita unir a estos dos actores críticos para el país. La creación de riqueza, debería de ser el norte que oriente los acuerdos para motivar la inversión. Es una invitación incluyente y colectiva al enfatizar la participación de “todos los sectores.”
Para lograr un propósito, es fundamental la necesidad de que el Estado y el Sector Privado “trabajen juntos” para lograr unas metas ambiciosas. Cita el ejemplo del gran logro que significó poner un hombre en la Luna. Este tipo de cooperación promueve avances significativos de innovación. Fue una misión donde el gobierno dio la orientación, en función de un propósito, “dejando abierto el cómo”. Las transiciones que plantea Petro son imposibles de lograr si actúa solo. Debe de dar la dirección “y recompensar a las empresas” que la sigan.
Hay un beneficio adicional que se puede lograr al tener un propósito “fuerte y claro” y es hacer más difícil la corrupción. Esto se logra cuando no es el Estado el que escoge los ganadores o se pliega a los lobistas.
Para lograrlo se necesita contar con funcionarios capacitados, una nueva cultura que facilite la experimentación asumiendo riesgos, un sistema de medición, para lograr “un Estado emprendedor, más capaz e inteligente, donde el tema no es su tamaño. Gobiernos como el de Petro deben de invertir en “su capacidad de gobernar”. Yo añadiría, de promover y no frenar la innovación.
Otro beneficio al construir un propósito colectivo donde el Estado da la pauta para lograr unos objetivos ambiciosos, y las empresas lo ponen a funcionar, es reconstruir la confianza de la sociedad en estos dos actores, cuando las encuestas muestran niveles insostenibles de desconfianza en ambos. La colaboración y los resultados se vuelven un ejemplo de lo que significa una nueva cultura de colaboración entre el sector público trabajando de la mano del sector privado.
Si el gobierno de Petro entiende y acepta las ideas de Mazzucato, se estaría creando un entorno que devuelve la confianza interna y externa en Colombia, y se le estaría haciendo un gran servicio a los empresarios: focalizar sus esfuerzos en generar valor individual y sectorial con una mentalidad de largo plazo.
Su comentario es muy pertinente: “Todos los sectores se pueden volver parte de una agenda de transformación con una dirección de mayor inclusión y sostenibilidad. Pero eso significa que esos sectores se tienen que transformar”. Es una reflexión de fondo donde no solo es el Estado el que debe de cambiar.
Además, Mazzucato propone que el Plan de Desarrollo sirva para coordinar a los diferentes ministerios con un norte común y “unas misiones” para lograr los puntos anteriores de una agenda intersectorial que permita cerrar la brecha entre la economía y las finanzas, en un plazo razonable de transición, con la preocupación creciente de otros temas claves como la salud y el cambio climático que son prioritarios para Petro.
Mazzucato se une al coro de otras voces autorizadas que critican la decisión de paralizar el sector petrolero. Menciona que la transición hacia una matriz de energia limpia, que es deseable, se debe de hacer “cuidadosamente” so pena de no contar con los recursos para desarrollar la infraestructura de las nuevas energías y hacer “más verde la base manufacturera”. Y esto requiere un esfuerzo bien planificado entre el sector público y privado. El Estado señala el camino pero no se mete en el cómo las empresas deben de hacerlo.
Fuera de esos mensajes, la economista italiana menciona otros temas complementarios, tales como la necesidad de coordinar la comunicación entre los miembros del alto gobierno y unificarla en el ministro de Hacienda para que los mensajes cruzados no generen más incertidumbre. Otro tema es entender el impacto sistémico de la reforma tributaria, o “sus efectos secundarios” porque pueden afectar las decisiones de largo plazo, que deberían ser tratadas mejor que las de corto plazo. Y también que impulse la formalización para fortalecer la economía popular.
Y una reflexión final que se deduce de la entrevista a Mazzucato: la cultura emprendedora que ella propone para el Estado y de colaboración con el sector privado, requiere aprender tanto de los éxitos como de los fracasos. Y es necesario “ socializar tanto las ganancias como las pérdidas, lo cual no significa nacionalizar“.
Hay más temas que Mazzucato trató en la entrevista, pero solo quise ponerle el énfasis a los que pueden servir para tender un puente con el Gobierno de Petro, que como lo dije al principio, más vale que lo hagamos antes de que sea muy tarde y todos los tengamos que lamentar.
Quienes quieran leer mas en detalle la entrevista la pueden encontrar aqui.