Las drogas, indistintamente sean duras o blandas, con muy pocas excepciones están prohibidads a nivel mundial. Los pocos países que permiten el consumo de drogas blandas (marihuana y hachís), en general lo hacen mal, como es el caso de Holanda, país que en los últimos días ha sido calificado por los medios de comunicación como un narcoestado. Se afirma que el crimen organizado en Holanda tiene nombre propio, la Mocro Maffia, organización criminal que empezó a operar en los años 80 y 90 aprovechando los puertos de Rotterdam (Holanda) y Amberes (Bélgica) como lugares estratégicos a través de los que distribuía hachís por toda Europa. El termino Mocro Maffia, “empezó a utilizarse en 2010 para definir a estos nuevos delincuentes conectados desde Holanda y Bélgica con las principales redes del crimen organizado internacional, pero que todavía no había sembrado el pavor en las calles.”
Para el diario El País de España, “A partir de los años setenta, en Holanda ha habido una política de tolerancia con las drogas blandas: hachís, cannabis… no de legalizarlas, la distinción es importante: el consumidor puede adquirirlas [en los coffeeshops, y no se penaliza la posesión de hasta cinco gramos por persona] sin ser perseguido. Pero la producción es ilegal. Así se creó un vacío aprovechado por ciertos sectores de los bajos fondos”, explica el criminólogo Yarin Eski. Esta permisividad favoreció la aparición de traficantes de otras drogas de Sudamérica y el este de Europa. Hoy, la heroína también llega de Oriente Próximo. “Se sirvieron de las buenas infraestructuras holandesas y del puerto de Róterdam, y a partir de los años ochenta y noventa ya había sindicatos profesionales globales de la droga”, señala Eski por teléfono. En 2021, según la Fiscalía holandesa, fueron interceptados un total de 72,8 toneladas de cocaína, la mayoría en el puerto de Róterdam, el mayor de Europa. Es un 74% más que en 2020 y su valor en la calle era de más de 5.000 millones de euros. Hubo 400 detenciones, un incremento del 42% con respecto al año anterior.”
Según un diaro holandés, “En una entrevista Pieter Tops, experto en temas de gobierno local y democracia en la Universidad de Tilburg, considera que Holanda el país cumple con los requisitos para clasificar en la controvertida definición. "Un narcoestado es un país donde se produce y/o comercian a gran escala drogas prohibidas. Esta definición, sin duda, se aplica a Holanda…La escala de la producción de marihuana y drogas sintéticas es enorme. Y luego está también la importación y el tránsito de cocaína a través de los puertos".
________________________________________________________________________________
El autor de esta nota cree que la solución mundial al problema de las drogas es su legalización: es decir que pase de ser un problema criminal a uno de salud pública
_______________________________________________________________________________
En Colombia, con la política del actual gobierno de “tolerancia” (o hacerse los locos) con la producción y comercialización de drogas blandas y duras, corremos el serio riesgo de consolidarnos como el principal narcoestado del mundo. El autor de esta nota cree que la solución mundial al problema de las drogas es su legalización: es decir que pase de ser un problema criminal a uno de salud pública. Pero esta decisión tiene que tomarse primero es en los principales mercados de consumo como EE.UU y Europa. Ser los precursores de dicha legalización (directa o indirecta) conlleva enormes riesgos y de hacerlo, este columnista alberga dos temores: 1. El mundo, por muchas décadas, no va a legalizar la droga. 2. Las medidas a medio tinte o de “tolerancia”, en vez de ser parte de la solución, son parte del problema. Mientras que Europa y EE.UU no legalicen las drogas, nuestra política de “tolerancia” y “permisividad” a las drogas duras y blandas está condenada al fracaso. ¡Póngale la firma!
La actual política de “tolerancia” con la producción y comercialización de drogas blandas y duras pone en riesgo de consolidarnos como el gran narcoestado del mundo
