C.A.S (¿Contra un Ambiente Sano?) Dos extrañas licencia, un problema

C.A.S (¿Contra un Ambiente Sano?) Dos extrañas licencia, un problema

Por: Daniel Jesus Barba Llanes
enero 26, 2015
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C.A.S (¿Contra un Ambiente Sano?) Dos extrañas licencia, un problema

Se describe las actuaciones de la Corporación Autónoma Regional de Medio Ambiente de Santander que aprobó en el lapso de dos meses dos licencias ambientales para igual número de rellenos sanitarios en Barrancabermeja, a escasos 800 metros el uno del otro, ante la protesta de ambientalistas que denuncian que las mismas fueron aprobadas en terrenos considerados zonas protegidas.

Durante un debate realizado a finales de octubre del 2014 en la plenaria del Concejo Municipal y que tuvo como centro de atención la licencia ambiental otorgada por la Corporación Autónoma Regional de Santander, CAS, para la adecuación de un relleno sanitario en Barrancabermeja, el en ese entonces Jefe Asesor de la Oficina de Planeación Municipal, Aldemar Rueda Navarro, a nombre del gobierno, anunció que iban a utilizar todas las instancias legales para evitar este atropello, e incluso denunció que la entidad ambiental estaba rayando en lo penal con sus decisiones.
Acompañado por varios de sus funcionarios argumentó que esa licencia no se ajustaba a los términos y se otorga para la explotación de un predio donde existen nacimientos y fuentes de aguas localizadas a menos de 800 kilómetros del sitio que se iba a habilitar para la disposición final de los residuos sólidos de Barrancabermeja.

Si bien es cierto, el Municipio había adoptado a través de la resolución 2679 del 2006, el Plan Municipal de Gestión Integral de Residuos Sólidos (PGIRS) AHÍ no quedaron seleccionadas ni localizadas áreas potenciales para esta disposición final de residuos. Aunque tampoco desde el 2002 cuando se aprobó el Plan de Ordenamiento Territorial las había incorporado y aún están en las modificaciones excepcionales del POT en la que espera finalmente, y luego de una espera de 12 años y de cuatro alcaldes, incorporarlas una vez la CAS haga la revisión del mismo.

Y la razón era contundente: la licencia había sido aprobada en terrenos ubicados dentro del Distrito de Manejo Integrado Humedal San Silvestre, es decir un sector protegido y por tanto están prohibidas actividades como la que se proyectaban. Con un agravante, Planeación si autorizó adelantar actividades agropecuarias en ese terreno a solicitud de un finquero, la misma solicitud más tarde fue utilizada como soporte para que un grupo de inversionistas privados del cual hacían parte las sociedades ISOA S.A.S, el grupo R.T.S.S Esp, Discot y Servicivil Limitada solicitara a la CAS la licencia que fue autorizada mediante la resolución 855 de septiembre del 2014. La protesta de los ambientalista y la población del área de influencia del terreno de 53 hectáreas en el que se proyectaban este tipo de explotación no se hizo esperar y a través de una acción judicial, hicieron posible la suspensión momentánea de las obras iniciadas.

Paralelamente, la empresa Rediba, encargada de prestar el servicio de recolección, transporte y barrido de los residuos sólidos producidos en Barrancabermeja explanaba un terreno ubicado dentro del mismo DMI y de su propiedad, localizado frente a la vereda Patio Bonito, a 20 kilómetros de Barrancabermeja y a un costado de la vía que conduce a Bucaramanga y que, según sus moradores, había sido utilizado para ocultar de manera clandestina residuos sólidos pese a que no tenía autorización para hacerlo. (Léase El relleno de Rediba una opción no tan clara: https://barrancabermejanews.wordpress.com/).

En esa época de crudo debate por la licencia otorgada al consorcio para la explotación del predio conocido como Anchicayá, el ente ambiental anunciaba que iba a clausurar las celdas transitorias a cargo del Municipio, donde Rediba hacía la disposición final. La CAS argumentó en la audiencia pública que convocó para escuchar a los actores en relación a la licencia aprobada, que el municipio había incumplido con su deber de garantizar un ambiente sano y el derecho colectivo de la población a gozar de un ambiente sano, luego de comprobar la fuga constante de lixiviados hacia caños y quebradas que desembocan en la ciénaga SAN Silvestre de donde se surten los 200 mil barranqueños.

Vamos a la historia. La Cas concedió a la empresa Aguas de Barrancabermeja licencia ambiental para la operación de un relleno sanitario en el 2010 sobre un terreno ubicado en el kilómetro ocho y sobre la vía que conduce a San Vicente de Chucurí, por un período de dos años y en una extensión de 2.5 hectáreas. Cumplido el término el 24 de diciembre del 2012 la CAS ejerciendo poder discrecional, ajustó el polígono licenciado y autoriza la construcción de una nueva celda transitoria con una capacidad máxima de 73 mil 264 metros cúbicos de residuos sólidos ordenando la acometida de obras para la construcción de la celda, construcción de planta de tratamiento para lixiviados, y clausura y post clausura de la celda transitoria, mediante licencia 1472 del 2012. Empero en abril del 2014 realiza una inspección técnica y a través de la resolución 105 de ese mismo año ordena la suspensión de actividades por incumplimiento del operador del contrato.

El municipio acude a la Emergencia Sanitaria por un período de seis meses para acometer las obras necesarias pero no cumplió a cabalidad, lo anterior llevó a la CAS a anunciar que no iba a contemplar más prórrogas y prohibir que siguiera disponiéndose en esa celda.

En septiembre del 2014 la CAS a través de la Resolución 855 del 2014 aprueba la licencia y el plan de manejo ambiental a la solicitud del grupo inversor conformado por las tres sociedades mencionadas, para explotar en la vereda El Tapazón, jurisdicción del corregimiento La Fortuna y por un término de 30 años la construcción de un relleno sanitario regional en el predio Anchicayá. Esta licencia tuvo una connotación, actualmente en Bucaramanga y su área metropolitana el colapso del relleno sanitario El Carrasco tiene a estos municipios al borde de una crisis ambiental de grandes proporciones y a sus alcaldes gestionando un sitio adecuado para la disposición de sus residuos ante la negativa de varios de sus vecinos de recibirselos.

Varios dirigentes políticos consideraron que la licencia Anhicaya había sido una estrategia política del gobernador Richard Aguilar Villa para solucionar ese grave problema que afrontan los municipios del Área Metropolitana de Bucaramanga. El temor creció cuando se supo que en mayo del 2014 el Área Metropolitana de Bucaramanga abrióp una convocatoria en búsqueda de un operador que se encargara de la disposición final de residuos sólidos, pero que finalmente fracasó ante la falta de oferentes. (http://www.vanguardia.com/santander/barrancabermeja/279334-dos-rellenos-y-un-camino-para-las-basuras-de-barrancabermeja).

Aún en Barrancabermeja no se había aprobado licencia alguna, cuatro meses después se conoce del licenciamiento del predio Anchicayá para el funcionamiento de un relleno de carácter regional, sin duda se consideró una hábil maniobra política del gobernador en contra de los intereses de Barrancabermeja. Sin embargo, la orden judicial paralizó la explanación de los terrenos y posteriormente a través de un emisario de los inversionistas conocimos que iban a desistir de seguir en la intención de construir el relleno en Anchicayá.

Cuando las organizaciones ambientales daban su parte de victoria, en noviembre del 2014, la CAS aprueba una nueva licencia, esta vez al predio Yerbabuena, de propiedad de Rediba, también para la operación de un relleno sanitario, lo que desató la protesta de los habitantes de Patiobonito, caserío que está en la misma jurisdicción del predio Anchicayá, quienes aseguran que en Yerbabuena existen nacimientos y fuentes de agua a 500 metros y de donde se abastecen sus pobladores.

Esta vez el gobierno acata la decisión del ente ambiental, incluso su secretario de Medio Ambiente celebra que durante 30 años no tendrán más crisis ambientales como la que se padeció durante los primeros días de enero, recibiendo el año nuevo 2015, ante la falta de recolección de basuras que permanecían amontonadas en las calles. Rediba, la empresa favorecida, argumenta que ellos siempre estuvieron dispuesto a cumplir sus obligaciones pero la protesta no permitió que los vehículos depositaran las basuras en el predio Yerbabuena, ante la imposibilidad de hacerlo en la celda transitoria pues la empresa administradora Aguas de Barrancabermeja en un escueto comunicado informó que no iba a permitir la disposición de más residuos y Rediba aseguraba que no tenían a donde hacerlo ya que en El Carrasco no le permitieron. Sin embargo, existía una posibilidad en Norte de Santander donde la empresa Aseo Urbano, que administrar un relleno sanitario con todas las especificaciones técnicas, pues esta empresa en su página dijo desconocer alguna solicitud de Rediba para enviar los residuos allí, es decir; pudo darse una salida a la emergencia momentáneamente. Esa empresa también administra el relleno de Aguachica.

Suena extraño que la empresa Rediba haya iniciado explanación del terreno donde le autorizaron la licencia ambiental muchos meses antes, aún sin la certeza de que le aprobaran tal permiso, (http://www.vanguardia.com/santander/barrancabermeja/290376-cas-otorgo-licencia-ambiental-al-relleno-sanitario-de-rediba) igual de extraño aún que dos meses después de aprobada la licencia hayan realizado todas las adecuaciones necesarias para no permitir contaminación del medio ambiente y que mucho menos la autoridad ambiental hiciera inspección de obras para corroborarlo, como lo confesaron funcionarios de la CAS a los medios de comunicación.

Así mismo resulta curioso que mientras estos mismos funcionarios en declaraciones a los medios aseguraron que Rediba aún no estaba autorizada para hacer disposición de los residuos y horas después dijeran lo contrario. (http://www.vanguardia.com/santander/barrancabermeja/293946-aun-hay-dudas-frente-al-tema-de-las-basuras-en-patio-bonito). Lo cierto es como bien lo dijo el diputado santandereano del Polo Democrático, partido del cual es miembro el secretario del medio ambiente Henry Para Ardila: “Ahora entre el gobernador y el alcalde cada uno tiene un basurero; elm primero de Anchicayá y el segundo el de Yerbabuena para inundar a la ciudad de basuras, en un humedal que tiene un DMRI Distrito de Manejo Regional de Manejo Integral que protege a la cuenca San Silvestre”.
Y aunque Rediba no haya querido, por obvias razones, adentrarse mucho en la competencia para operar este relleno, si es de cobertura regional o local, lo cierto es que esta empresa presta los servicios de recolección en ciudades que viven una problemática ambiental ante la hecatombe del Carrasco, hablo de Bucaramanga, Floridablanca. Ahora con la concesión a 30 años de la licencia no solamente se puede conjeturar con que, como lo dijo el secretario de medio ambiente, solucionarán el problema ambiental en Barrancabermeja sino que de paso a Bucaramanga y Florida, porque termina siendo precisamente esta empresa, las que presta el servicio, la dueña del predio donde se hará durante 30 años la disposición final de basuras.

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