El acuerdo sobre tres millones de hectáreas al que llegaron el gobierno Petro y Fedegán es algo que nos tomó por sorpresa a todos. Sorprendente, sobre todo si se tiene en cuenta que se dio entre las dos antípodas más distantes de la geometría simbólica colombiana: una izquierda que graduó de paramilitares a todos los ganaderos y unos ganaderos que pusieron el mayor número de asesinados, secuestrados y extorsionados por parte de las guerrillas de izquierda.
Le puede interesar: Aquí los políticos están persiguiendo a los empresarios
Ver publicada directamente en el twitter del presidente Petro la foto de la ministra Cecilia López y del presidente de Fedegán sellando el acuerdo constituye uno de los mensajes más importantes en lo que va corrido de este gobierno. Basta con haber percibido el ambiente hostil que ha predominado entre el gobierno y el empresariado para entender la importancia del pacto.
Lo primero y más importante: la ruptura entre los empresarios y el gobierno no es inevitable; el diálogo puede funcionar.
No me cansaré de insistir en que nada sería tan grave para la economía como permitir que la confianza de los millones de empresarios siga deteriorándose por causa de los extremistas del Pacto Histórico que se empeñan en señalar a los empresarios como los responsables de todos los males.
Para la muestra un botón: los extremistas no han tenido empacho en criminalizar a sectores enteros de la sociedad. Para ellos los ganaderos son paramilitares.
Sí es cierto que hubo ganaderos que financiaron a los paramilitares. Como también los hubo políticos y militares, industriales y comerciantes. También hubo guerrilleros como Jojoy y como Marulanda que montaron ganaderías a punta de secuestro, narcotráfico y fusil para vivir como ganaderos. Pero como ganaderos ricos, que son la minoría, porque la gran mayoría son ganaderos pobres como los campesinos pobres que tienen que sufrir las dictaduras de los bandidos ricos y los políticos corruptos de las regiones sometidas por organizaciones criminales que dicen llamarse de izquierda, las unas, y de derecha, las otras. Eso sí, todas dueñas de tierras y ganados.
Los extremistas no bajan a Lafaurie de paramilitar. No se equivoquen, Lafaurie es un líder particularmente inteligente, muy formado intelectualmente y con la experiencia que deriva de una larga trayectoria. De todo esto acaba de hacer gala con la firma del acuerdo con el gobierno. Lafaurie acaba de dar una magnífica lección de lo que debe ser un dirigente gremial.
Un dirigente gremial debe combinar con destreza los tres criterios fundamentales que permitieron el acuerdo Petro-Lafaurie:
En primerísimo término, la firmeza. Lafaurie no cayó nunca en el miedo y la blandenguería. Desde el principio dejó claro que los ganaderos están dispuestos a movilizarse, de frente y de cara al mundo entero, para defender sus derechos, sus empresas y sus familias.
En segundo lugar, la razón. Nunca confundir la razón con la ideología. Ni controversia con insultos. Por más que lo insultaban no se dejó caer en el Triángulo de las Bermudas de la polarización. Entendió que en la democracia los argumentos son más importantes que las Primeras Líneas. Entendió que en la economía es más importante ser razonable que tener la razón.
____________________________________________________________________________________________
El deber de los empresarios no es tumbar gobiernos sino hacer hasta lo imposible para que los gobiernos hagan las cosas bien
___________________________________________________________________________________________
Por último, la economía, La economía por encima de la política. El deber de los empresarios no es tumbar gobiernos sino hacer hasta lo imposible para que los gobiernos hagan las cosas bien. Eso fue lo que hizo Lafaurie como líder gremial: hacer que el gobierno entrara en razón respecto de su sector empresarial.
Al final, el deber de los empresarios es ayudar a que al país le vaya bien independientemente de si los gobiernos son de izquierda de centro o de derecha. Palabras más, palabras menos, las tres palabras de los empresarios siempre deben ser: Democracia, Progreso y Justicia Social.
Felicitaciones al presidente Petro y a la ministra Cecilia López por la madurez con que manejaron este diálogo. Para eso es el diálogo. Felicitaciones a José Félix Lafaurie.
Ojalá que otros ministros y sectores como los de la salud, la minería y el financiero, por ejemplo, aprendan de esta experiencia.
¡Palabra que sí!