Autor: Landahlauts(CC BY-NC-SA 2.0)>
Ya se acabó la Navidad, pero igual pensé en compartirles un cuento. No sé si lo han leído o escuchado en algún lado.
Es la historia de un personaje cuya madre fue una virgen de descendencia real, al igual que su padre (me refiero a la descendencia, no sé si también era virgen). Se dice que su padre (otro) era un dios, y las circunstancias de su concepción fueron bastante inusuales. Cuando nació, alguien quería matarlo. No se sabe casi nada de su niñez ni de su adolescencia, pero ya de adulto empezó a entrar al reino que le pertenecía y llevó a cabo un montón de proezas y actos increíbles. Se quedó en este lugar por cierto tiempo sin que nada dramático sucediera. Después de sufrir una muerte misteriosa en la cima de un monte, desapareció y subió al cielo. No tuvo hijos que lo sucedieran. Su cuerpo no fue encontrado y sus seguidores lo han venerado en varios templos.
Muchos deben saber de quién es esta historia y muchos otros estarán seguros de que es un hecho histórico. La historia es la de Heracles, uno de tantos héroes de la mitología griega.
Resulta que uno de esos tipos inteligentes se puso a investigar acerca de los mitos y leyendas de todo el mundo y encontró algunas curiosidades. Una de ellas fue la regularidad con la que se presentan ciertos atributos en las historias que narran el nacimiento, la vida y la muerte de quienes son considerados héroes por diferentes culturas. Esto lo llevó a crear un “tablero de puntuación” en el cual se pueden comparar estos héroes. Este es el tablero:
(1) Su madre es una virgen de descendencia real.
(2) Su padre es un rey
(3) normalmente emparentado con su madre.
(4) Las circunstancias de su concepción son inusuales.
(5) También se cree que es hijo de algún dios.
(6) Cuando nació, alguien intenta asesinarlo.
(7) Se lo llevaron lejos rápidamente.
(8) Lo criaron sus padres adoptivos en un país lejano.
(9) No se sabe nada de su niñez, pero
(10) al llegar a la adultez regresa o va a su reino futuro.
(11) Después de una victoria sobre un rey y/o un gigante o dragón
(12) se casa con una princesa.
(13) Se convierte en rey.
(14) Por un tiempo, reina sin mayores problemas y
(15) dicta leyes, pero
(16) con el tiempo pierde el respaldo de los dioses y/o de sus seguidores.
(17) Lo relegan de su trono y de su ciudad, después de lo cual
(18) se encuentra con una muerte misteriosa,
(19) normalmente en la cima de una colina.
(20) Sus hijos, si los tuvo, no lo suceden.
(21) Su cuerpo no es enterrado, sin embargo
(22) tiene uno o más sepulcros sagrados.
Heracles obtiene un puntaje de 17 puntos, es decir, su historia coincide con 17 puntos del tablero de héroes. Otros héroes, antiguos y contemporáneos, han sido puntuados en esta escala: Krishna (21);El Rey Arturo (19);Perseo (18);Jesús (18);Watu Gunung de Java (18);Zeus (14);Sunjata, el Rey León de Mali antiguo (11);Harry Potter (8).
¿Qué nos dice esto? Lo más seguro es que a cada quien le diga algo diferente. A mí, por ejemplo, me parece bastante curioso ver cómo la misma historia tiene todo el sentido con determinado personaje, pero lo pierde todo con otros. Solo es necesario cambiar el nombre.
Lo más común es que nadie se entere de la mayoría de estos héroes. Esto es normal, no todo el mundo anda por ahí averiguando en qué historias fantásticas creen tantas personas que habitan este planeta. Lo que me llama la atención es algo que yo llamaría “miopía cultural” (no reclamo autoría, debí leer el término en algún lado):en este caso, el hecho de que un grupo “sepa” que sus creencias son sinigual, únicas e infalibles. Algunos personajes creen que solo ellos entienden el mundo, que aunque pueden denigrar y perseguir las creencias de los demás nadie puede cuestionar las suyas, que solo ellos saben diferenciar entre el bien y el mal. Fueron escogidos por su deidad para ser “salvados” y “salvar” a los demás, porque algo tienen de especial en comparación con los otros cuantos cientos de millones que simplemente son ignorantes, “no saben” (obviamente no están en la “rosca”). Esta ignorancia que ciega a “los otros”, por supuesto, se puede corregir con un poquito de violencia, o con una buena dosis de adoctrinamiento infantil.
Para mí, el tablero es una idea lo más de ingeniosa y he tratado de poner otros héroes en él: Papá Noel, el ratón Pérez, Superman, Uribe. ¿Se les ocurren otros? ¿Qué puntaje obtienen? También pueden inventarse su propio mito, a conveniencia, si las características de los que otros se han inventado no les cuadran con el cuento que quieren echar.
