Para ayudar a cuidar el planeta, evitar recipientes de icopor, sobre todo de domicilios o comidas para llevar, es hoy en día un imperativo de consumo responsable.
Pero como para mucho inconsciente este argumento no es suficiente, al menos hágalo por la buena plata que se ahorraría al año.
Si usted es de los que, en la oficina, acostumbra pedir el almuerzo a domicilio a diario, tome como base los 246 días laborables que hay en Colombia en 2022 y multiplíquelos por los $1.000 que puede llegar a cobrar cualquier restaurante por el recipiente: son $246,000 al año que se ahorra.
Si tanto le gusta almorzar en su lugar de trabajo, una alternativa mucho más económica y ambientalmente responsable es que usted mismo lleve sus recipientes reutilizables (cocas) al restaurante para que ahí le sirvan la comida y tranquilamente se devuelva a comer en la oficina.
Una alternativa más sana aún es darse el tiempo para comer directamente en el restaurante, en la vajilla lavable y reutilizable del propio establecimiento.
El icopor es un material difícilmente reciclable en Colombia, y si usted se fija en el chiquero en que se han convertido, por ejemplo, las calles bogotanas, ni siquiera los mismos recicladores se llevan los recipientes de ese material, o sea que es basura fija.
Y, por si fuera poco, está comprobado que el estireno, componente del poliestireno expandido (icopor) de que están hechos esos recipientes, es nocivo para la salud.
Así que, si ni el cuidado del planeta ni su salud le importan, al menos hágalo por la buena plata que se ahorrará al año.