Cambiar comida por hambre: el mal negocio de los que sustituyen cultivos

Cambiar comida por hambre: el mal negocio de los que sustituyen cultivos

Para hablar de sustitución, primero deben llegar vías de acceso, insumos que no obliguen a producir a pérdida y medios de subsistencia de transición adecuados

Por: Javier Hernández Ramírez
octubre 03, 2022
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Cambiar comida por hambre: el mal negocio de los que sustituyen cultivos

Un simple asunto de supervivencia.  El tema es difícil, máxime sí se carece de datos y cifras reales y desde la fuente adecuada.   Entre otras cosas, yo soy alérgico a la estadística, y a los números, en general. Así que no uso cifras, solo opino por el saber disperso en uno u otro Medio. Es decir, solo “contexteo” (lo siento, no pude evitarlo).  Decía que carezco de cifras, pero no importa, lo relevante es el tema. Primero porque, según quién lo diga, parece que las estadísticas bailan de arriba a abajo. Pero un hecho es innegable, no puedes sustituir tu almuerzo así porque sí, sin saber que comerás, o dónde y cuándo… o sí podrás almorzar; no puedes dejar de lado lo poco que tienes y que te quita el hambre, sí lo que te ofrecen a cambio es, por una parte, incierto y efímero, y sí, además, es con la palabra de un funcionario estatal, que hoy está y mañana probablemente no. Sí no tienes fe en la palabra del que negocia contigo. Es tan fugaz, etérea y frágil la palabra estatal. En esas condiciones, NO puedes sustituir el pan de tu mesa, entre la incertidumbre. El tema es complejo.

Porque si no tienes garantizado, realmente, el acceso a crédito barato y oportuno; a una asistencia técnica seria y constante y estructural; y sí, además, no cuentas con un mercado accesible para lo que cultivas legalmente; sí no puedes venderlo a precio justo, es inútil intentar cambiar de bando: los narcos pagan mejor, a tiempo y te compran en el surco. No se cambia comida, por hambre. Mal negocio. Sin vías terciarias adecuadas, sin acceso a mercados confiables… los “cultivos lícitos” no valen un culo. Si no, recuerda el pregón en pueblos y ciudades: “cuatro aguacates por dos mil; diez naranjas por mil” Hay mucho espacio para la especulación y yo voy a hacerlo.

En esto de la sustitución de cultivos, hay que hacer como las gallinas, poner el huevo y luego hacer escándalo… pero en contravía. En otras palabras, así suene algo absurdo, primero deben llegar: vías de acceso al posible mercado; insumos a precios viables, que no obliguen a producir a pérdida; medios de subsistencia de transición adecuados; es decir, los medios financieros y técnicos, que, al asegurar una OFERTA COMPLETA, DANDO Y DANDO, permitan que se cambien unos cultivos por otros. oferta completa, segura y seria, con certeza de compromiso serio.

En otras palabras, primero debe llegar la oferta del Estado y del Gobierno, (mejor diferenciamos, ¿sí?) en paquetes muy definidos, muy completos y muy certificados…por autoridad responsable y de palabra. ¡¡¡Luego sí… tumbemos, mijo!!!  Esa es la lógica que yo, iluso de siempre, le encuentro al asunto. Dando y dando. “Cacemos, mijo” Porque hay quienes suponen, muy a la ligera y sin bases, que la sustitución es uno de los primeros pasos que se deben dar en zonas de conflicto o posconflicto, olvidando, algo maliciosamente, creo yo, que, en la mayoría de las áreas de cultivos ilícitos, no existen muchas opciones de sobrevivencia a partir de la tierra en que se produce el dinero para los narcos.

Y no es porque las tierras no sean buenas, algunas lo son, y mucho. Y no es porque los campesinos sean unos vagos sin remedio y les dé pereza empezar de nuevo. Tampoco. Es que una gran porción de esas tierras está lejos de todo. Es tierra de gentes sin oportunidades distintas … “a lo que primero llegue” Y los únicos que llegan allí, a comprar el producto del sudor agrario, son, vean ustedes, los narcos.  Así de simple es la cosa. Recoges y vendes. Sin fletes, porque tampoco hay carreteras. Sin tener que montar una carga en una en mula (de 4 patas, de verdad, sí se tiene) para llegar a pueblo y, que después de horas de camino, los mercachifles de pueblo, te paguen tu sudor, a precio de gallina robada. Yo lo he vivido y el libreto es siempre el mismo: “eso ya bajó de precio, vecino.

Todo mundo sembró igual y el precio cayó… Si quiere, pa que no se lo vuelva llevar, se lo pago a tanto” Sí, el precio cayó, justamente cuando piensas vender el fruto de tu esfuerzo. Sí jornalear NO compensa tu esfuerzo, sí tu tierra no da más que la aguasal, te aferras a lo mejor que te ofrecen con visos de realidad, sembrar coca. En un ensayo sobre el agro, que creo que nadie leyó, hablo de esto. Sustituyes algo, cuando encuentras algo mejor. Y por el momento, sin crédito, sin vías y sin mercado, tu tierra es solo un escarbadero para aguantar hambre. Tomas lo menos peor, de lo que tienes cerca. En gracia de la brevedad, resumo así los pasos, que creo son los correctos.

Existen pasos previos ineludibles, para poder sustituir los cultivos “ilícitos” Aunque, pienso yo, en medio de mi bobada, que lo más ilícito para un campesino que vive en medio de la nada, lejos de toda oportunidad, lo más ilícito sería que se dejara morir de hambre con todo y su familia. Al hombre del campo NO le gusta la ilegalidad… pero tiene que convivir con ella. Es gente de trabajo. Sustituir cultivos, es dando y dando, con supervisión y procesos muy serios. Funcionarios honorables, de palabra. Con trabajadores estatales comprometidos, serios y honestos.

Sí el presidente Petro, no elige a lo funcionarios adecuados y comprometidos que un asunto tan delicado requiere…tendremos el cuento de Sherezade… hasta el infinito.

INSUMOS OBLIGADOS:

  1. Vías de penetración facilitan todo. Tienen un alto costo, que se reduciría a la mitad, si los “socios constructores” son los mismos campesinos. Los territorios, en la mayoría de los casos, proveen “el material de cantera” y la mano de obra, que, lógicamente, al obtener ingresos por trabajo, impulsará las economías locales:  ropa, abastos, servicios; el gobierno y algunos Contratistas privados, aportarán la maquinaria y los insumos de origen industrial necesarios. NOTA ESPECIAL: siempre he creído, que en un país que sufre de un grotesco aislamiento del campo, ese que   provee la comida, es un crimen que el Estado, ande QUEMANDO COSTOSÍSIMAS MÁQUINAS AMARILLAS, ilegales, que podría donar a los pueblos más aislados, para hacer sus propias vías. Construir las VÍAS SECUNDARIAS Y TERCIARIAS, que necesita Colombia, es el mejor negocio del mundo: vuelve accesible y rentable el campo; conecta el sector agropecuario a la economía general; al permitir acceso más fácil, al sector agrario, se abaratan costos y se incentiva la producción de bienes de origen rural para el Mercado interno y externo. Tenemos con que hacerlo. Las vías de penetración, además, facilitan el proceso de erradicación de cultivos ilícitos. Pero también abren acceso más fácil a la asistencia técnica, a las semillas, y al mercado de los nuevos frutos, financiados, con la plata que se ahorra de la guerra En vez de fumigar con veneno… cultivar con semillas certificadas. El campesino es un ser muy noble por naturaleza, recibe ayuda de donde llegue: que sea lo Dios quiera es su Mantra.  Así que, el que gane la carrera entre el Estado o el narco, gana la partida.
  2. El asunto entre el Estado y el narco, es de PLATA, y ambos la tienen. El uno para no dejar producir coca y su violencia asociada, y el otro para producirlas. Pero, para el CAMPESINO el tema es menos “baladí” se trata de supervivencia. Tiene pocas opciones. ¿Quién da más?
  3. La oferta de posibilidades al campesino, define, el resultado de la erradicación.  Para el gobierno, es mayor, más amplía y más fácil, pues cuenta con mejor “infraestructura y mejores medios” Tiene entidades de todo tipo y la información al día, tiene “operadores” regionales, locales y nacionales,
  4. ADEMÁS, PUEDE “USAR” A LOS “TRANSGRESORES” como mano de obra local. Es un axioma: Poner a los remotos cultivadores de hoja y pasta de coca, a construir las vías y obras de infraestructura que necesitan para integrarse a la economía formal, es mejor negocio que meterlos a la hoguera de una guerra sin visos de victoria; debe integrarlos a la vida del país, con empleo local. Ellos pueden. Y lo harán. Repito, salvo para el campesino, que tiene que sobrevivir como puede, el asunto es de simple plata… y de eso hay por bultos. Solo hay que mantener lejos a los ladrones de todo tipo. Existe, pues, otra variable económica que el Gobierno debe explorar. Construir la infraestructura periférica, con los ingenieros militares y contratistas serios… usando el recurso humano que causa el problema. De forma simplista, se trata de ¡PLATA! Nada más. El Narco, compra cosechas de coca y el campesino cultiva y sobrevive, no tiene nada más.
  5. EL Gobierno-Estado; abre una oferta real de inclusión, a gentes y territorios desde siempre EXCLUIDOS; construyendo, a menores precios y con recursos locales, las obras que está obligado a hacer. El cultivador de ilícitos, por regla general, es un hombre necesitado…no un delincuente. Hay que alejarlos de las malas “juntancias” ¡¡¡Qué lumbrera de pensador!!! Tranquilos.
  • Racionalización producción y Mercadeo a precios justos. NO se puede permitir que el campesino, no solo el cocalero, sino todos ellos y en todos los climas y territorios, trabajen contra su patrimonio y su esfuerzo: sembrando y cosechando a la loca; sin información técnica del mercado a futuro. En este sentido, recuperar los CENTROS de ACOPIO, localizados estratégicamente por zonas y vocación productiva, y establecer precios de sustentación, será paso importante en la dirección debida.
  • Sin planeación económica y técnica que mantenga en equilibrio oferta y demanda, para proteger el esfuerzo del agricultor y el bolsillo del consumidor, el campo nunca será negocio. Cuando las cosechas de temporada, por clima y por producto, salgan al mercado, ya se debe saber, en la medida de lo posible, a quienes, dónde y a qué precios de Mercado vender. Debe de contarse con la infraestructura logística y comercial necesaria y adecuada. Es tecnificación de la inversión y de la tierra…aunque se esté lejos de ella. Es dar seguridades a la economía en general, con información a tiempo y adecuada que deben proveer las Entidades estatales. Para ello deben conocer climas y vocación productiva, de la tierra. No es tan difícil y ya en otro documento hablé de ello. Solo hay que “vaciar un poco las oficinas” Cambiar el escritorio por unas buenas botas pantaneras.
  • Centros de acopio y sustentación de precios. Compras centralizadas. Pero, eso sí, lejos de especuladores con el esfuerzo ajeno. Acercar oferta y demanda. Conocer al cliente del producto agrícola, ojalá con antelación, es una buena herramienta para controlar la inflación y la especulación. Pero, claro, esto tiene sus bemoles: necesita asistencia técnica y financiera. Debe lograrse que el cultivador “recuperado para la economía legal, produzca bajo estándares de mercado. Y según Normas Técnicas, que den valor agregado a su esfuerzo. ¡¡Iluso!!! No sueñen, señores, yo no tengo remedio.
  • Así es como lo veo. Sí la oferta NO es buena, sí NO hay vías adecuadas y sí el agro legal NO produce bienestar al campesino, entonces no habrá sustitución que valga. Y eso a pesar de que, al campesino, le sirve más trabajar su tierra sin el miedo a perderla por expropiación o por extinción de dominio. No es despojando al campesino de su tierra como se construirá una mejor Colombia…es volviendo rentable el campo. Para el pequeño propietario rural, es mejor trabajar en paz, y en una economía legal, siempre y cuando su esfuerzo tenga recompensa. Es un tema de simple política de Estado (¿¿¿notan que no hablo mucho de “Gobierno???”) … También es asunto de PLATA. Pero la plata NO es problema, sí es que se mantiene alejados a los ladrones.

 

10  PROPUESTAS; desde mi absurda ingenuidad.

Existe una fórmula básica e ineludible, sí se quiere que la restitución de tierras progrese, y que la sustitución de cultivos ilícitos tenga éxito, y éstos, disminuyan:

La presento a lo bruto:  + vías + financiación + asistencia e información técnica adecuada y precisa sobre tipo de tierras, cantidad, vocación agrícola y potencial de producción. Logrado esto, sistematizar y centralizar la información; compartirla asertivamente hacia las personas y áreas involucradas; establecer líneas de seguimiento a la eficiencia de los procesos, en cada paso; calcular la capacidad de oferta y necesidades del Mercado, y, desde luego, compartirla a los gobiernos locales, y los gremios de su producción agraria, por sector.  Esto permite racionalización de cosechas y lograr buenos y justos precios. Todo ello será igual = RESTITUCIÓN EFECTIVA.

ADDENDA: En vez de coca, nuestras tierras producirán excedentes exportables de comida, para un mundo que la necesita con desesperación.

Además, la sustitución debe ser paulatina, escalonada y con protección social adecuada para que los campesinos no pasen hambre mientras se acogen a legalidad; guardándolos de sus antiguos clientes, evitando que los mafiosos se desquiten, por el divorcio.

Sabremos que tuvimos ÉXITO, cuando los que se siembra en COCA, cambie por CACAO.

Lo demás es pensar con el deseo. Algo en lo que yo soy muy ducho.

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