Pepeganga, la famosa tienda de juguetes que cuenta en Colombia con 45 super tiendas distribuidas en 16 ciudades, comenzó muy diferente a lo que es hoy en día. No empezaron vendiendo carritos Hot Wheels o super héroes de Marvel, sino que era un almacén de retazos de tela que por tener un nombre populacho pegado a lo barato fue rechazado en el entonces recién inaugurado centro comercial Unicentro; El hoy Pepe Ganga se llamaba El Remate.
Los dueños de Pepe Ganga son los hermanos Moisés, Simón y Roberto Chehebar, hijos del empresario judío sefardí Abraham Chehebar, quien llegó a Colombia en 1.942, huyendo de Hitler en plena mitad de la Segunda Guerra Mundial. Atravesó en barco el océano Atlántico desde Europa, en un viaje que duraba alrededor de tres meses. Abraham y su esposa Shaio Chehebar se quedaron en Bogotá, abrieron tienda de telas en el Restrepo, uno de los barrios más populares del sur de la ciudad.
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Pasadas un par de décadas, ya con tres hijos colombianos trabajando a su lado en el almacén textil, llegó un momento en que el arrume de retazos de telas le estaban quitando un importante espacio a la bodega. Fue a Moisés Chehebar, el mayor de los hijos, a quien se le ocurrió la idea de montar un espacio en la misma tienda con el nombre Remates. Eran saldos de los rollos de tela que ya nadie compraba. Se ofrecieron a precios cómodos. Todo se vendió.
Meses después los tres hijos convirtieron El Remate en un almacén independiente que tuvo un rotundo éxito. Hubo locales de este almacén regados por toda Bogotá. los pusieron principalmente en los sectores populares de la ciudad. Cuando se abre el primer centro comercial de la ciudad, Unicentro, en el año 1976, del abogado y constructor Pedro Gómez, ubicado en el norte de la ciudad, en la calle 127 con carrera 15, los hermanos Chehebar quisieron estar allí con su Retazos. La administración no los aceptó. Era un centro comercial para ricos, de marcas finas y de lujo, y El Remate no cabía en aquel proyecto comercial.
Para poder estar en Unicentro tuvieron que cambiarle el nombre a su negocio y lo llamaron almacenes Máximo. Con el slogan Máximo, el de los precios mínimos se los locales se hicieron más reconocidos. A parte de vender telas, le metieron lencería, artículos para el hogar y en las temporadas navideñas lo llenaban de juguetes.
La apertura económica del entonces presidente César Gaviria en 1990 les abrió las posibilidades de importar a gran escala productos que no se conseguían en Colombia. Fue por aquellos años que los almacenes Máximo empezaron a llenarse de electrodomésticos, juguetería y ropa. Los nuevos artículos no cabían en sus locales y abrieron otra tienda, pero le cambiaron el nombre.
El primer Pepe Ganga se abrió en 1992 en lo que hoy es el parque de la 93, que para entonces era un sector solitario, peligroso y nada comercial. Los comerciantes no veían aquella zona con interés. Los hermanos Chehebar, con Moisés a la cabeza, fueron los primeros en abrir un local comercial en este sector de la ciudad. A ellos la ciudad les debe creer y recuperar uno de los lugares más exclusivos de la capital.
Mientras cerraban almacenes Máximo, abrían más Pepe Ganga por todo el país. Los niños pasaron a ser sus principales clientes y los juguetes a ser productos más vendidos. Cada año están cerrando las registradoras con 400 mil millones de pesos, que gran parte se los ponen aquellos pequeñitos que siempre salen de las tiendas amarillas con su juguete preferido en la mano y una gigante sonrisa en el rostro, como si la tarea y la aburrida visita al centro comercial hubiese valido la pena.