Los colombianos que hoy nos estamos preparando para un post-conflicto, estamos amparados por un gobierno manipulado por los gremios económicos, que deciden lo que ha o debe pasar en una mesa de concertación para fijar el porcentaje de aumento frente al salario; los banqueros entran en pánico cuando los representantes de los trabajadores piden un pirrico incremento al salario mínimo, alegando que el aumento al pago de los trabajadores aumentará la informalidad que hoy está en el 70%, porque para ellos el sector financiero, el industrial, el comerciante, el sector transportador y exportador entre otros, es mejor combatir la informalidad que la inmoralidad de mantener la mitad del pueblo colombiano con un salario por debajo de la mitad de la canasta familiar, medida por el DANE ( entiéndase como el Departamento nacional de embusteros), funcionarios que son más bien estilistas que economistas y estadísticos.
El gobierno que en campaña se comprometió a concertar con los trabajadores lo que sería el salario, el pago de horas extras, dominicales, festivos, porcentaje nocturno y la rebaja del porcentaje de cotización que hacen los pensionados del 12% para la salud al mismo monto de los empleados es decir al 4%. Este mismo gobierno que permite una tasa de usura de casi el 30% con todo IVA, retefuente y pago bancario y que hoy perpetua el famoso impuesto del 4 x 1000; entiéndase 4 que comen por 1000 que aguantan hambre.
Se nos espera para el post-conflicto una existencia en la que no ha bajado la tasa de desempleo sino en el DANE, un país de más peajes, de combustibles y servicios públicos bien altos y por la guerra sucia contra algunos países productores de petróleo, que ha hecho que estos caigan a los precios más bajos y que en consecuencia aumente el valor del dólar y la dependencia por el aumento de la deuda externa y la importación de maquinaria, tecnologia, medicamentos, entre otros que elevarán el precio de los artículos.
Es hora de que las Centrales Obreras y demás gremios de trabajadores, invoquemos una unidad popular que abarque raizales, afrodescendientes, indígenas, campesinos, trabajadores, policías y militares, para que exijamos en un abrazo de unidad, acabar de una vez o en proceso con privilegios como los de los banqueros, a quienes les prestamos del erario público con tasas que oscilan entre el 4% de interés anual y le permitimos cobrar tasas hasta del 30%, que es la usura permisiva para los que sedientos de ganancias mantienen a las inmensas mayorías sumidas en la pobreza, llamados para ellos formalidad e informalidad.
Hace falta una reflexión frente al manejo de la economia, en la que se permite utilidades de más del 15% y salarios con aumentos con menos del 4%, sí se tiene en cuenta que lo permitido del 4.6% es para el salario mínimo y no para los pensionados y jubilados que ganen más del salario mínimo. Adiós al cuento de que el salario vital no se puede pagar porque amenaza el desarrollo empresarial, miremos los países con ingresos per-capita más altos Luxemburgo, Catar, Noruega, Suiza y veremos que en estos hay más paz interior, más desarrollo y más confort para la existencia.
MARTÍN JULIO RESTREPO ARANGO
Enero 3 de 2015