En el 2014 Adolfo Martínez Carrillo, bailarín y coreógrafo de la farándula criolla más conocido como Nerú, afirmaba que Dios "lo salvó de la homosexualidad" y que gracias a la ayuda del pastor Andrés Corson quien le abrió las puertas de su iglesia cristiana su Presencia se curó y estaba listo para liderar el movimiento que salvaría la atracción de personas por otras de su mismo sexo. Ese mismo año, reveló que había sido uno de los invitados al cumpleaños del entonces alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, quien lo reparó de pies a cabeza y le dijo que no tenía pinta de homosexual.
Nerú es también gran amigo de Verónica Alcocer y sería la familia Petro Alcocer quien lo ayudó a su conversión al cristianismo y posteriormente a su transición sexual. La primera dama ve en el bailarín un testimonio andante de Dios, un milagro, y se convirtió en la más impactada con el vuelco que dio en su vida. La conoce desde hace 15 años, cuando pensaba que la homosexualidad era una enfermedad y fue ella la primera que le dio la mano y la empezó a acompañarlo a la iglesia Su Presencia. La hija menor de Petro, Antonella, le guarda un gran cariño al bailarín, no puede verlo sin abrazarlo.
El bailarín fue contratado para dirigir actividades deportivas en la Casa de Nariño. Sin embargo, el país no sabe que desde hace años sostiene una amistad con la familia del presidente y que ellos le ayudaron en su conversión al cristianismo y sus esfuerzos por formar una familia con una mujer.
Ahora con su viejo amigo Gustavo Petro en la Casa de Nariño, Nerú quien se cortó el cabello dejó de usar tinte y se aprendió de memoria La Biblia, ya tiene esposa y espera tener hijos pronto, trabajará con el gobierno. Aunque el contrato no dice que su rol será como bailarín dirigirá el gimnasio y toda la realización de actividades en materia de salud mental y física, que contribuyan al mejoramiento del clima laboral del DAPRE.
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