En Jamundí, Valle del Cauca, hay una empresa insospechada para la mayoría de colombianos, pero no para aquellos cuya pasión es volar.
Allí se encuentra Ibis Aircraft, empresa especializada en el fabricación y ensamblaje de aviones ultralivianos, con mano de obra e ingeniería colombiana que busca expandir sus fronteras.
Justamente, uno de sus últimos modelos ,el Magic 700, es un biplaza de línea llamativa y de amplia versatilidad, que compite fácilmente con los clásicos Cessna 152, iconos de la aviación estadounidense.
Esta pujante empresa, con la llegada de Gustavo Petro al poder y las nuevas perspectivas que ello implica, se abre paso en el antiguamente vedado mercado venezolano donde encontró oportunidades de crecimiento.
De hecho, en medio de las expectativas comerciales y de la reapertura de vuelos entre ambos países, ya han dado capacitación a personal del vecino país para que ensamblen los biplazas al otro lado de la frontera
Desde 1990, Ibis, de la mano de mecánicos e ingenieros nacionales, hizo posible el sueño de volar deportivamente a muchos.
Hoy conforma una empresa robusta, con aeronaves con la máxima calidad e impulsadas por motores Rotax –de origen austriaco pero ensamblados en Estados Unidos.
Actualmente, la compañía abrió mercado abierto en Nueva Zelanda, Alemania, Brasil Argentina y, ahora, Venezuela, donde se avizoran mejorías en el mercado interno y el levantamiento de los bloqueos comerciales.
Los ultralivianos colombianos, jugaron un papel importante durante el recrudecimiento de la pandemia, dado que aterrizan en poco menos de 1.000 metros de terreno agreste , y su despegue se produce en menos de 500 metros.
Con la llegada de IBIS a Venezuela, se amplia el portafolio empresarial de comombia.