El trato de compañero y/o camarada ha significado en la tradición de la izquierda un trato más horizontal; de cuestionamiento de las jerarquías, de avance en la profundización de la democracia y desmonte de las relaciones de poder. En nuestra cultura política hemos encumbrado el servicio público; no tenemos ciudadanos trabajando con el estado (Presidentes, alcaldes, congresistas, servidores) sino endiosados e inaccesibles “Doctores”, que según Gabo parecen “Enviados por la divina providencia”.
La disputa política lo es también simbólica. La defensa del orden, de la tradición y los privilegios es defensa de la derecha; democratizar el trato con la autoridad y los gobernantes corresponden más a la izquierda. De ahí las batallas simbólicas que van desde los simples calificativos: “mamertos”, vivir sabroso, “faltas de autoridad”, “estudien vagos” etcétera, hasta disputas más profundas: ver a los indios como “invasores de tierras”, a los diplomáticos como “embajadores de la guerrilla”, a las protestas populares como apoyo o desafíos del orden según el gobierno y las reformas de leyes como: “Peligro para la inversión extranjera”
Vemos ya pequeños hechos de cambios pero con grande y profundo significado en cultura democrática: invitar al pueblo a la posesión presidencial, abrir las puertas del Palacio de Nariño al público, ver a una ministra atendiendo una visita diplomática en tenis. Pero es que la tradición del ejercicio del poder en Colombia ha estado llena de costumbres muy “extrañas” a tal punto que se da el título de “doctor” aun funcionario público mientras ocupa su cargo. Así que la relación de los ciudadanos “de a pie” con el estado parece más de vinculo feudal que de servicio público; el servicio se confunde con el favor, el derecho con el ruego y finalmente con el atajo y la corrupción. Herencias del Virreinato y de la obediencia ciega a la que convocan las religiones.
De hecho la confrontación es más profunda que el simple trato y está asociada con la distribución del poder y la riqueza; hay un nuevo gobierno que busca cambios en todos los frentes: económicos y en la distribución de la tierra, en la relación con el medio ambiente y en inclusión de la diversidad (mujeres, LGBTI; Indios, Afros, Etc).
Petro invitó al pueblo al palacio en el acto simbólico de cambio de gobierno y ya hay también sectores invitando a conformar “Grupos de Reacción” para defender la tierra; esperemos que Gustavo y Francia no terminen acusados de acabar con el orden y las buenas costumbres.