Armando Benedetti aterrizó en Caracas el pasado domingo para reanudar las relaciones diplomáticas con Venezuela, que se fracturaron en el gobierno de Juan Manuel Santos con el cierre de la frontera en 2015, una tensión que empeoró con Iván Duque en la presidencia. Petro designó al exsenador como nuevo embajador para esta díficil tarea que inició ayer cuando llegó al Palacio de Miraflores con regalos para Nicolás Maduro: un sombrero vueltiao y una carta de Gustavo Petro en la que reiteraba su deseo que forjar una amistad, de nuevo, con la República Bolivariana.
En abril de 2002, el círculo de generales que rodeaban a Hugo Chávez se le voltearon y apoyaron el paro petrolero liderado por Fedecámaras que terminó con el golpe de Estado en el que el industrial Pedro Carmona fue durante dos días presidente de Venezuela. En una base de paracaidistas en Barinas estuvo detenido Hugo Chávez durante 48 horas. El primer gobierno que reconoció a Carmona fue Andrés Pastrana cuyo gobierno daba sus últimos estertores. La pueblada que bajó de los cerros de Petare en Caracas rodeó el Palacio de Miraflores y lograron lo que se propusieron: devolverle al líder de la revolución Bolivariana.
El 7 de agosto de 2002 se posesionó en Bogotá, Álvaro Uribe Vélez, y una de sus primeras decisiones como presidente fue poner como Embajadora de Colombia en Caracas (2002-2004) a la diplomática conservadora María Angela Holguín, nieta del expresidente Jorge Holguín. Esta jugada era clave pues Uribe quería devolverle la confianza a Hugo Chávez que todavía tenía heridas abiertas con la purga de generales y con el exmandatario Andrés Pastrana. En ese entonces Nicolás Maduro era canciller y el mejoramiento de las relaciones bilaterales con María Angela Holguín se evidenció de inmediato. Holguín describía a Maduro como una persona agradable, amable y tranquila dispuesta al diálogo, un hombre diplomático.
La armonía de los países vecinos se reestableció, Holguín no solo inició una camaradería con Maduro sino que también se ganó el afecto y respaldo de Hugo Chávez. Aunque la diplomática salió de la Embajada de Venezuela en 2004, en el gobierno de Juan Manuel Santos es designada canciller en sus dos periodos consecutivos y reanudó sus viejas amistades.
Después de unos años sin verlo, María Ángela Holguín se reecontró con Nicolás Maduro en Nueva York, asfaltando el camino para que Juan Manuel Santos se encontrara con Hugo Chávez en Cartagena en octubre de 2011. Venezuela y Colombia era naciones hermanas, que comparten 2.219 kilómetros territorio común, la frontera más larga que ambas naciones poseen con alguna otra.
Una de las medidas que tomó Chávez fue designar a principios del 2013 a su canciller Maduro como su sucesor. Holguín fue de las primeras diplomáticas latinoamericanas en felicitarlos y se reunieron personalmente. Sin embargo, esos ocho años no resultaron como esperaba, en 2015 las tensiones entre los países se agudizaron y rompieron con el cierre de fronteras decretado por Nicolás Maduro. Una relación rota que hoy el nuevo embajador Armando Benedetti quiere reconstruir.
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