El gobierno de Uribe arrancó con un rocketazo de la guerrilla de las Farc que pegó en el techo del capitolio durante su posesión. Fue la señal de que vendrían tiempos difíciles y una de las decisiones que tomó el gobierno fue cerrar el acceso a la Plaza Núñez, frente al Palacio de Nariño, donde trabajaría y viviría el presidente.
Así quedó, cerrada durante veinte años, y el presidente Juan Manuel Santos no se decidió a abrirla ni con el Acuerdo de paz con las Farc firmado; tampoco lo hizo Iván Duque. Despejarla para que la gente descubra el monumental conjunto arquitectónico que se ve desde allí fue una de las primeras decisiones del presidente Gustavo Petro y así la Plaza Núñez se ha convertido en un destino obligado en Bogotá.
En pleno corazón de Bogotá, entre la Casa de Nariño y el Capitolio Nacional está este lugar; un pedacito de luz y color construido en homenaje al expresidente Rafael Núñez , jefe de estado en cuatro ocasiones y corredactor de la constitución de 1886 que nos rigió durante 104 años pues fue derogada por la de 1991. Está adornada con bellos jardines y engalanada por las construcciones republicanas de la época.
Hoy la plazoleta es un espacio de visita obligada de los bogotanos y turistas, nacionales y extranjeros, que llegan a la capital del país. Diego Fajardo la recorrió y esto fue lo que encontró.