Las convivencias escolares y pastorales son un continuo esfuerzo de reflexiones, análisis y ayuda orientadora, para encaminar una verdadera convivencia comunitaria, racional y humana, acompañada con los valores éticos, morales y de civilidad, que luego deben ser potenciados, practicados y vivenciados, dentro de las instituciones educativas públicas.
Aunque en todo proyecto a realizar, no faltan las talanqueras a las ruedas de las carretas, para impedir que tales proyectos no lleguen a felices términos, los líderes que impulsan estos proyectos, de convivencias escolares y pastorales, los siguen impulsando a nivel grupal y en lugares diversos, de las instituciones educativas, porque son conscientes y seguros que estos pueden favorecer en pequeñas dosis, la mutua y positiva interrelación de los estudiantes dentro de las aulas educativas.
Los resquebrajos que dejó la pandemia hacen que, de vuelta a la presencialidad, sean atendidos de manera primordial a los padres de familia, a los estudiantes, docentes, directivos y comunidad general, con charlas de temas coherentes en aspecto de clima de convivencia, prevención de drogadicción, violencia intrafamiliar, estrés, depresión, desempleo, separaciones, etcétera; por medio de los encuentros de escuelas de padres, auspiciadas por la administración municipal del municipio cejeño, en compañía de un personal experto desde la comisaría de familia, y el departamento de psicología, por otra parte y en otros campos tales charlas sean también reforzadas y permeadas con los líderes que conforma el comité de pastoral vocacional entre ellos, laicos comprometidos, religiosas, sacerdotes y docentes, que promueven y realizan los encuentros o salidas de convivencias escolares, las cuales permiten a los estudiantes en forma de catarsis, interactuar, participar y expresar sin tapujos, ni prevenciones, las realidades que viven dentro y fuera de las instituciones educativas y dentro de sus hogares, llevándolos con la liberación de sus adversidades que los aquejan a un crecimiento pacífico, espiritual, humano, tolerante y solidario para con sus semejantes, progenitores y educadores.
La dinámica de los encuentros de las convivencias escolares entre lo diverso, ayuda a los estudiantes de otros credos, confesiones religiosas, a que interactúen con gestión inclusiva, participativa y constructiva, para que el reducido mundo de sus creencias, sean parte del gran mundo educativo escolar, por medio del respeto por las diferencias, el respeto por la diversidad de género, dentro de una verdadera civilización, del amor, con una justicia social y ambiental.
Aprender a interactuar, convivir dentro del marco de la tolerancia, el respeto y la honestidad, constituye el gran pilar del legado filosófico del gran educador y formador Francisco de Sales, que, por él, las instituciones educativas en concreto, la de María Josefa Marulanda del municipio cejeño colombiano, en uno de sus objetivos, busca brindar a la comunidad estudiantil, una educación integral que ayude al crecimiento de los educandos, padres de familias y docentes, en los aspectos cognitivos, autoformativo de las emociones, el respeto y acato a las normas estipuladas en los manuales de convivencias, para el seguimiento oportuno de los probables conflictos que podrían presentarse durante los procesos de formación.
La necesidad de las convivencias, a nivel de grupo, en lugares distintos de las instituciones educativas, permiten en los estudiantes y docentes, fomentar lo que favorece la mutua interacción y el compartir, debido que ese mismo interactuar en los puntos de encuentros, resultan tan educativos y formativos, como los contenidos de las diferentes áreas del conocimiento. Por ende, es positivo apoyar, promover y favorecer, los encuentros de niños, jóvenes, docentes y animadores pastorales, en los espacios de las convivencias escolares requeridos; porque gracias al trabajo en equipo, los estudiantes adoptan actitudes de respeto, escucha, compartir, diálogo, tolerancia de forma espontánea para una cercanía y sana convivencia a nivel personal, institucional y social.
No hay que escatimar que desde los haceres pedagógicos, las convivencias escolares descarten la prelación del individualismo en las relaciones sociales y grupales, porque la humanidad hoy más que nunca reclama y requiere encuentros y realizaciones de actividades en colectivo para la relación y prosperidad con los otros. O, como lo confirmaría la magíster en educación Griselda González, respecto a las convivencias escolares: “Las convivencias como espacios de ambiente reflexivo y forma de acercamiento a Dios, con el respeto a las diferentes religiones y así mismo; además con las diferentes actividades de forma creativa, permiten a los estudiantes y docentes, aprender nuevos conocimientos y nuevas experiencias para la vida diaria”.
¿Será que, como docentes, administrativos, permitirían que las escuelas, colegios, se fracturen entre el individualismo, el colectivismo o lo diverso?