Si no fuera por Carlos Vives todavía seríamos un país perdido entre montañas. Fue el éxito de su álbum, Clásicos de la Provincia el que revolucionó la televisión nacional. Por favor, se de lo que está hablando. Si, fue muy emocionante ver a Vives transformado en una diva internacional en un país en donde era noticia que el Binomio de Oro tocara en Barquisimeto. Ya sabemos que nos puso en la órbita de la música universal pero es que, gracias a eso, desvaró a su ex cuñado, Martin de Francisco y a su parcero Santiago Moure y, usando su poder, hizo lo que nadie hubiera podido hacer en este país de misa de Cinco: usar un programa de televisión para poner de patas arriba el orden establecido. Qué mamerta esa frase, digamos más bien que La Tele nos puso un espejo en la cara y nos reconocimos: obesos, feos, ordinarios, asesinos, ladrones, mediocres, estúpidos. Sobre todo estúpidos. Pues, los que sostenían el espejo eran dos gunges, con el mismo talante de Kurt Cobain, desperanzados, cioranescos, críticos de su clase social. Críticos de todo. Sobre todo de ellos mismos.
Cuando tenían la tenacidad y la valentía de, como Beavis and Butthead, sentarse frente a una televisor y decir que Betty la fea era Betty la tonta, afirmar que Enrique Peñalosa estaba dando un discurso borracho, a sabotear el Reinado Nacional de la Belleza cuando era la máxima institución de los colombianos, ellos se reconocían como mediocres. Por eso son capaces de soltar, sobre ellos mismos frases tan hermosas y descarnadas como le dijo en el 2018 Santiago Moure a El Tiempo: “Nosotros, la verdad sea dicha, siempre hemos buscado el fracaso, pero fracasamos en el intento, Ese ha sido el espíritu de nosotros, la convicción de ser fracasados y gracias a unos muy buenos amigos, hemos podido vivir de fracasar”.
Santiago y Martin no eran amigos antes de la Tele después se hicieron inseparables. Cioran, Gluck, Héctor Lavoe, Ionescu, Bergman, el whisky, el perico, es difícil no amar a alguien que termina siendo un espejo de uno y aunque se quieren se repelen también porque, como dijo Borges en Tlon Uqbar y Orbius Tertius “los espejos y la cópula son abominables, porque multiplican el número de los hombres”.
Como pudo Vives fue capoteando el escándalo constante, las corrosivas secciones donde, literalmente, no dejaban títere con cabeza, pero La Tele en ese primer periodo sólo duró 2 años, de 1993 a 1995 y luego un año empezando el siglo XXI pero es que la presión de viejos asequerosillos como Sarmiento Angulo y compañía son elefantes que trituran mariposas y por eso tuvimos que esperar 18 años, hasta el 2018, para que este par de viejos mediocres y hermosos vuelvan a cautivar jóvenes, porque qué envidia dan Moure y De Francisco tener esa conexión con el público joven, esa capacidad para escandalizar al borde de la ancianidad.
Muchachos, sólo ustedes y los Rolling Stones pueden tener esa vigencia, esa energía. Ha sido difícil soportarse entre ustedes, pero como Keith y Mick, siguen incólumes a la arena, el viento y al ustedes mismos.
