La terna de mujeres superpreparadas que escogió Gustavo Petro en la última semana para ser parte de su gabinete, no son del común: Patricia Ariza para el Ministerio de Cultura, Cecilia López para el Ministerio de Agricultura y Susana Muhamad para el Ministerio de Medio Ambiente.
Pues tienen una trayectoria amplia en la lucha por los derechos humanos, la experticia suficiente para llevar a cabo las propuestas del presidente electo y las capacidades para que el país progrese en materias ambientales, culturales y de agricultura.
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Los anteriores son pilares fundamentales para una sociedad más humana y próspera que se han dejado a un lado en los últimos gobiernos, donde el Fracking se convirtió en un arma obviando el costo alto de la vida, donde se dejó caer al eslabón más bajo las tierras con potencia de producción y riqueza, dándole la espalda al campesinado.
Donde la cultura y las manifestaciones de esta, fue atacada con tanques y los artistas llamados "vándalos”; mirando por encima del hombro, se minimizó el poder que tiene la cultura como una de las herramientas más poderosas para la vida y la juventud.
Sin duda, Ariza, sobreviviente de la UP entiende bien de la guerra y la cultura como forma de supervivencia, por eso lidera este “trio” dinámico, esperanza para toda la juventud.
Por otro lado, López a su derecha, entiende bien de la reforma agraria necesaria y la priorización de la producción de tierras después de haber sido ministra de agricultura y de ambiente en otro gobierno; por último, pero no menos importante, Susana Muhamad, defenderá la tierra, mares y páramos, hasta su último aliento, pues es consciente del cambio climático y la explotación de la tierra como un problema estructural que hay que comprender y solucionar.