Desde muy joven McClausland. se dedicó no sólo al periodismo, sino a la literatura, y ese interés lo llevaba a todo aquello que escribia, crónicas humanas llenas de color y también en sus notal de televisión tan gratas como profundas. No fue distintos con las entrevistas, más bien conversaciones que realizó con muchos personajes.
Era octubre de 1995 y Fidel Castro viajó a Cartagena a la Cumbre de los no alineados, en el convulso gobierno de Ernesto Samper, y, escapando de la agenda oficial quiso visitar a su amigo Gabriel García Márquez, en su casa recién construida por el arquitecto Rogelio Salmona en el casco antiguo de la ciudad. Alli lo soprendió Ernesto McClausland en donde conversaron sobre Cuba, el gobierno de Bill Clinton, su amistad de cincuentas años y sobre todo de la condición humana. De aquello que los hacia tan cercanos: la capacidad de dar afecto y la lealtad.
Esta es la entrevista completa.
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