A pesar de que la mayoría del tiempo de su encargo como gobernador de Antioquia lo ha pasado suspendido por procesos judiciales o de vacaciones, Aníbal Gaviria se ha mostrado muy molesto por el empalme presidencial de Colombia para Antioquia designado por Gustavo Petro en cabeza de Esteban Restrepo.
Según lo confirman diversas fuentes, el problema no es solamente que no está en el empalme discutiendo los temas del departamento, sino que el enojo tiene que ver con la intención de poner su reemplazo en las elecciones de 2023.
Esteban Restrepo, quien fue el secretario de gobierno de la Alcaldía de Quintero hasta la campaña presidencial, se estaría perfilando como uno de los candidatos más fuertes a la gobernación de Antioquia y contaría con el respaldo del presidente Petro, del movimiento Independientes y con ello los votos que el Pacto alcanzó en Antioquia.
El problema para Gaviria es mayúsculo, pues mientras su popularidad, que nunca ha estado en lugares destacables de los sondeos, sigue cayendo, y los alfiles del uribismo están en la cárcel o en lo más profundo de la crisis del Centro Democrático, propuestas como la del Pacto Histórico suman una tendencia creciente, pasando de 300.000 votos para Quintero, a unos 900.000 para Gustavo Petro.
Es decir, si la tendencia se mantiene y el crecimiento anual sobrepasa el 200% se podrían recoger más de 1 millón de votos como el mínimo para la gobernación. Una tarea difícil para los sectores tradicionales del poder en ese departamento, pero un camino abierto para las fuerzas alternativas que se consolidan.