En Yumbo y Yotoco, en el Valle del Cauca, operan las plantas de fertilizantes propiedad de Yara International con capacidad de más de 1.200.000 toneladas cada año que abastece más del 40% del mercado de los agricultores del país. En octubre de 2014 se concretó el negocio que puso a esta empresa noruega en primera línea. Con una inversión de cerca de USD 400 millones, Yara International adquirió OFD Holding, dueña de Abocol (Abonos Colombianos) y sus empresas de distribución en Perú, México, Panamá, Costa Rica y Bolivia.
El plan de expansión de Yara International, experta en fabricante de amoníaco, nitratos y fertilizantes especiales continuó con la compra de la Empresa de Fosfatos de Boyacá y en 2018 inauguró la planta de productos Premium en Mamonal, Cartagena, la única planta de producción de fertilizantes NPK y Nitrato de Calcio en toda la región (excluyendo Brasil) que se está adecuando para la reducción del 90 % de sus emisiones de CO2, y la terminal de almacenamiento y mezcla de última generación en Yotoco, en el Valle del Cauca.
La empresa nació en 1905 como Norsk Hydro, explotando una tecnología que producía fertilizantes mediante la fijación de nitrógeno del aire, y que la convertiría en el primer productor mundial de fertilizantes minerales nitrogenados. Un siglo después, el negocio de fertilizantes de Hydro fue segregado en una compañía cotizada en bolsa independiente, Yara International, e Hydro distribuyó todas sus acciones de Yara entre los accionistas de Hydro. En la actualidad sus principales accionistas son fondos de inversión, y su CEO desde 2015, es Svein Tore Holsether.
La presencia de Yara en Colombia se remonta a comienzos de la década de los noventa, en el gobierno de César Gaviria. Llegó en junio de 1992 con las importaciones de nitrato de calcio, Greenhouse, principalmente para el segmento de flores que se encontraba en pleno crecimiento. En ese entonces operaba bajo el nombre de Hydro Agri Colombia, filial de Norsk Hydro. Luego de la independencia de Norsk Hydro en 2004, la presencia en Colombia de Yara international se concreta a través de dos sociedades, Yara Colombia dedicada al segmento de fertilizantes minerales para el campo; y Suministros y Servicios Mineros de Colombia (SSNC) destinada a dar servicios a la minería.
Pero el verdadero impulso se dio en junio de 2014 con la ratificación del Acuerdo de libre comercio EFTA (Asociación Europea de Libre Comercio) que incluye a Noruega. Este llegó acompañado de un acuerdo agrícola que le abrió todas las oportunidades al país nórdico para convertirse en un gran exportador de fertilizantes y maquinaria, fertilizantes con el sello Yara.
Monómeros Colombo Venezolanos S.A. es una empresa petroquímica filial de Petróleos Venezolanos – PDVSA, ubicada próxima a la desembocadura del rio Magdalena, en Barranquilla, dedicada a la fabricación de abonos y compuestos inorgánicos nitrogenados como fertilizantes, fosfatos para alimentos balanceados para ganado, de materia prima para la fabricación de nylon y otros productos industriales.
La segunda empresa en ventas, por valor de 2/3 de las ventas de Yara, participa con un 37 % del mercado de fertilizantes en el país, es Monómeros Colombo Venezolanos, hoy bajo el mandato de la Administración del autoproclamado mandatario interino de Venezuela, Juan Guaidó.
La historia de esta empresa se inicia en 1967, cuando se aprobó el Consejo Nacional de Política Económica aprobó un proyecto para su fundación con participación de tres empresas: el Instituto de Fomento Industrial (IFI), la Empresa Colombiana de Petróleos, Ecopetrol y el Instituto Venezolano de Petroquímica - IVP.
En 1997, nace la empresa Petroquímica de Venezuela – Pequiven, que asume las funciones del IVP, y que luego del ascenso de Hugo Chavez pasaría a manos del Ministerio del Poder Popular de Petróleo y Minería, cuyas acciones son exclusiva propiedad de la República Bolivariana de Venezuela. Pequiven le compró en 2006 a todos los socios, y se hizo al 100 % del capital social de Monomeros, con lo cual PDVSA quedó con el mercado de fertilizantes y productos plásticos de la región.
Doce años después, en 2018, Monómeros, con dos plantas petroquímicas, una en Barranquilla y la otra en Buenaventura, venía trabajando al 10 % de su capacidad total, debido principalmente a la caída de la producción de petrolero ante la crisis estatal de PDVSA su principal proveedor.
En mayo de 2019, el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó en su calidad de presidente interino de Venezuela tomó el control de la empresa y designó a nuevos integrantes en la junta directiva con el objetivo de desbloquear las sanciones que reciben los representantes del régimen venezolano de Maduro. Un año después, en agosto de 2020, la nueva gerencia indicó que la empresa se dirigía hacia una quiebra empresarial, había perdido el crédito de proveedores y el dinero se usaba como caja menor para altos funcionarios de Pequiven y Monomeros.
En septiembre del año pasado la Superintendencia de Sociedades Colombia decidió tomar cartas en el asunto y tomó el control de Monomeros en el marco de sus atribuciones de inspección, vigilancia y control previstas en la Ley, la máxima figura de supervisión que ejerce esta entidad que no significa que asume las riendas de la empresa, sino supervisa más detalladamente con el objetivo de ordenar los correctivos necesarios para subsanar una situación de orden jurídico, contable, económico o administrativo.
El gobierno de Maduro rechazó la acción y desde entonces ha estado la empresa en medio de una polémica ante los reclamos por parte del presidente venezolano. La Comisión especial venezolana que investiga la situación de Monómeros denunció un supuesto intento de toma hostil por parte de Nitrol Group, una empresa que contratará Juan Guidó por 15 años para mantener las operaciones de la empresa por 15 años.
En enero de este año, la Supersociedades de Colombia ratificó el control sobre Monómeros al desestimar los recursos que la compañía había presentado porque según el organismo se mantienen las situaciones que fueron consideradas en un principio para declarar el sometimiento de control, con el fin de hacer un acompañamiento que salvaguarde el interés de terceros y acompañar el proceso de normalización de la empresa.
Aunque el país tiene la ventaja de disponer de estas dos empresas y otras pequeñas fábricas para la producción para la formulación de los insumos para la protección y nutrición de cultivos, debe importar gran parte de la materia prima y del producto procesado, donde un 20 % de fertilizantes provienen de Rusia y Bielorrusia, países cuyas exportaciones están afectadas por la guerra causada por la invasión de Rusia a Ucrania.
Yara ha detenido todo el abastecimiento de proveedores vinculados a entidades y personas sancionadas por Rusia, y está utilizando sus capacidades globales de abastecimiento, producción y distribución con el objetivo de seguir abasteciendo a sus clientes en todo el mundo y así garantizar la continuidad en las cadenas de suministro de alimentos.
El gobierno colombiano insiste en la disponibilidad suficiente de productos, pero no niega que los costos pueden estar muy elevados, por lo que ha hecho gestión con otros proveedores en los Estados Unidos, Canadá, Emiratos Árabes y Marruecos; así como quitar los aranceles para importación de 38 insumos agropecuarios esenciales para la seguridad alimentaria entre 6 y 12 meses. Lo que es claro, es que la escasez mundial ha hecho que los precios se disparen en el país, afectando la producción agrícola y por lo tanto, la canasta familiar.