Algo muy recordado de las fallidas negociaciones del Caguán fue cuando Tirofijo dejó plantado a Pastrana en la apertura de la mesa de negociaciones.
Eso habría sido algo intrascendente si Pastrana hubiera ido a nombre propio. Pero (para desgracia de 38 millones de colombianos en ese entonces) Pastrana era la voz del país que había votado por apostar por la paz. Después de todo esa fue su bandera de campaña y en torno a ese tema giraron las elecciones del 98. Los colombianos votaron buscando llegar a esa mesa de negociaciones.
Así pues, Tirofijo estaba dejando plantado al país que seguía con atención el espectáculo que fue esa apertura de negociaciones (porque sí, eso fue transmitido por TV e incluyó un concierto de Marbelle).
Hoy ese episodio se recuerda poco, pero fue algo grande. Si eso hubiera sucedido en los últimos años se le habría puesto el epónimo de "marulandear" o "tirofijear". Era algo de la talla de abudinear.
Tirofijo murió en el monte dejando atrás un proyecto fracasado y un río de sangre. Pero también dejó un legado que no murió. Y con su legado me refiero a la maña de dejar plantados a millones de personas en un sólo día. El legado de tirofijear.
Con el tiempo, otros sujetos también han tirofijeado y continuado con aquel legado. Aquí van algunos ejemplos.
Alex Char es un exponente del tirofijeo. Un sujeto que continuó el legado de Marulanda al no asistir a ningún debate presidencial. De hecho ni siquiera contestaba entrevistas. Parecía ser que sus ideas y opiniones tenían que descifrarse con pequeñas pistas que iba dejando en sus vídeos de TikTok y en las contrataciones del Junior de Barranquilla.
Iván Duque. Un presidente que al ser ingenuo, desconectado del país y viajero hace homenaje a Pastrana siguiendo sus pasos. Pero antes de ser presidente, en su época de candidato, ya había seguido los pasos de Marulanda haciendo su propio tirofijeo cuando dejó plantado un set ya preparado para un debate de segunda vuelta que nunca se realizó. Y como desde el desayuno se sabe como va a ser el almuerzo, aquel candidato que no dio la cara para ese debate durante las elecciones, fue aquel presidente que no dio la cara a los manifestantes durante el paro.
Y ahora tenemos el ejemplo más reciente de tirofijeo, Rodolfo Hernández. Sigue los pasos de Marulanda de un modo tan fiel al original que se tomó la molestia de enviar una lista de condiciones bastante exigentes (sólo le faltó pedir el despeje de 42.000 kilómetros), y después de que sus condiciones fueron aceptadas, sencillamente no aparece.
Hacerle desplante a todo un país fue una de las mayores marcas de Tirofijo. Así que cada vez que una figura política evita dar la cara al público colombiano, le están poniendo una rosa en la tumba al maleducado de Tirofijo.
