Sara Yaneth Fernández Moreno es una mujer de 50 años, tiene cabello corto, crespos definidos y una sonrisa que irradia seguridad. Es una académica, activista y feminista que a mucho honor da voz a diferentes problemáticas como género y salud.
Nació en Pacho, Cundinamarca; en una familia semi-rural, es hija de una maestra rural y un campesino. Creció junto a sus ocho hermanos mayores, todos criados con los mismos valores de independencia. Se describe a sí misma como privilegiada, dice: “Mi madre y mi tía fueron grandes referentes del feminismo, aunque no se tildaban o nombraran como tal en esa época”.
En su niñez desarrolló su gusto por la salud, en el bachillerato realizó alfabetización como vigía de salud haciendo acompañamiento en el centro comunitario, donde aprendió de nutrición y aspectos elementales del cuidado a las personas.
Es egresada de la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá, obteniendo el título de trabajadora social. Por medio de una beca tuvo la oportunidad de estudiar en México para una Maestría en estudios de población con énfasis en salud. Para ese momento Fernández tenía 23 años, era la primera vez fuera de su hogar.
Descubrió interés en el acompañamiento a las mujeres en el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y el tratado de libre comercio. El abordaje político, teórico y metodología no era el que debía seguir, sin embargo, ella decidió hacer el acompañamiento a las mujeres y es cuando siente la necesidad urgente de viabilizar situaciones de su entorno.
Es inevitable que a Sara no se le salga una sonrisa piadosa al hablar del grupo de mujeres feministas que la acompañó durante todo el tiempo de estancia en México, ellas fueron quienes la adentraron en sus vidas, le enseñaron las situaciones y circunstancias por las que pasaban, con ellas se creó un lazo fuerte; es a partir de ese momento donde se declara feminista y activista abiertamente.
En su regreso a Colombia llegó a la Universidad de Antioquia como invitada, dejó sus papeles y se propuso hacerle un homenaje a su amigo y antiguo profesor Héctor Abad Gómez, quien fue asesinado. Para marzo de 1997 dicta un curso de la maestría en Salud Pública en la Facultad de Enfermería de esta institución con la materia Salud y Población.
Actualmente Sara Yaneth es profesora de la UdeA y expresa orgullosamente su vinculación hace 25 años. Su paso por la academia ha dejado diferentes posiciones y asimismo los acontecimientos en la historia colombiana, a lo que ella llama “la época más cruda''.
Es conocida por sus grandes aportes a la sociedad en su rol de activista feminista, sin embargo, en su trabajo y estudio ha incursionado en diferentes temas como lo son la educación, salud, derechos sexuales, inmigrantes; esto solo por mencionar algunos.
El activismo es cambiante, desde diferentes posiciones se nos enseña a cuestionarnos y transmitir el mensaje, pero no habría mucho que decir si de Sara se trata; el empoderamiento que transmite es apasionante y la forma en la que se expresa es arrolladora desde un fino gesto hasta su genuina expresión se convierten en un llamado a la acción.
La activista Fernández es una persona que dedica tiempo, recursos y amor para generar un cambio sobre esa realidad como lo es la violencia de género, a pesar de que se ha enfrentado a diferentes situaciones en las que su voz ha sido tratada de callar, ella sigue en pie de lucha.
En el momento que ejercía la labor como secretaria de la junta directiva de la Asociación de Profesores de la Universidad de Antioquia. Las amenazas se cumplieron, un 05 de marzo del 2020 fue atacada con arma blanca dejándola con una herida de gravedad en uno de sus pulmones.
En ese difícil momento los estudiantes, profesores y amigos participaron en diferentes plantones de protesta por la agresión a la docente Sara, estos ocurrieron en diversos lugares de la ciudad para así captar la atención de la comunidad en general.
Tatiana Mesa, egresada de la universidad, expresa que ese fue un momento difícil ya que la lideresa es conocida como “la activista” en la Facultad de Medicina, “enterarnos del atentado fue como decirnos que un familiar estaba mal, el gremio de APH estaba consciente del rol de la profe en el campo de la salud y por eso realizamos plantones”.
El activismo es cambiar las cosas sin pedir permiso, en sí es un acto de desobediencia en donde de manera creativa se busca la forma de captar la atención, tal vez incomodando a otros como lo hace Sara.