Desde hace años, por estas épocas, la capital antioqueña es uno de los destinos turísticos del país que más visitantes recibe. Con motivo de la época decembrina, la ciudad se engalana con una sobredosis de luces que se roban los flashes de cámaras fotográficas de propios y extraños. Un espectáculo hermoso que, indudablemente, sería un éxito en una ciudad donde la miseria no sea tan común; por ejemplo: Dublín, Oslo o Berlín. Pero hablamos de Medellín, una ciudad con problemáticas sociales que exceden la imaginación de cualquier director de cine con un alto grado de morbosidad.
La ciudad este año gastó 21 mil millones de pesos en el alumbrado navideño. Un monto que no vendría nada mal para invertir en programas de salud para los habitantes de las comunas o en apoyo a los estudiantes de los barrios menos favorecidos de la ciudad. 21 mil millones de pesos que salen del bolsillo de los habitantes de la ciudad de la eterna primavera pues fue Empresas Publicas de Medellin (EPM) la entidad que financió la impresionante obra. Más de 30 millones de bombillas tipo led y un sofisticado desarrollo tecnológico que involucra efectos interactivos es en lo que se gastó el dinero que pagaron los paisas con sus impuestos. En otras palabras, hasta el 11 de enero del próximo año Medellín va a poder disfrutar de 21 mil millones de pesos en alumbrado publico, algo que suena fenomenal, pero me pregunto: ¿Y después qué?
La respuesta es una sola: Después a empezar a pensar en diciembre del 2015. Y después en diciembre del 2016. Y así sucesivamente, año tras año, como sucede allá. Y es que me siguen surgiendo algunas preguntas que, sinceramente, me gustaría que responda el burgomaestre de la capital de Antioquia ¿Es necesario convertir al Río Medellín en un lugar lleno de magia durante un mes y los otros 11 que sea un lugar miserable?, ¿Vale la pena usar 800 kilómetros de manguera luminosa con tecnología led, 11 toneladas de papel metalizado de diferentes colores y 170 toneladas de hierro para hacer pensar a los turistas que Medellín es una sitio fabuloso? ¿Será que con ese alumbrado va a vivir en paz una ciudad donde la violencia se volvió algo de todos los días? ¿Son más importantes los casi 1.100.000 turistas que van a llegar a Medellín que sus casi 2 millones y medio de habitantes?
En Colombia no tenemos un orden de prioridades bien establecido, por eso no me sorprende absolutamente nada. Pero no por eso no me indigna que sucedan este tipo de cosas. Me da tristeza ver cómo la Alcaldía Municipal trata de hacer olvidar a la prensa que en noviembre hubo 38 homicidios en la ciudad, utilizando un par de bombillas que muestran la cara “linda” de una ciudad que, como dijo alguna vez un documentalista peruano, es el burdel más grande del mundo. Y es que lo de Medellín no es una inversión, es un gasto ridículo y perverso.
@andresolarte
