En Colombia, ¿a quién se le ocurrió la pésima idea de que el papel higiénico empleado para limpiarse la cola al hacer del baño se bota en una caneca y no en el sanitario (como normalmente ocurre en otros países)?
Es un pésimo hábito, por no decir una porquería.
Seguramente a quien se le ocurrió lo hizo pensando en que botar el papel al sanitario lo tapa, pero esa es una falsa creencia, un mito: en su consistencia, el papel higiénico está fabricado precisamente para deshacerse fácilmente y no tapar las cañerías.
Incluso se deshace más fácil que el excremento que lo acompañe.
Quien haya tenido la oportunidad de viajar al exterior, habrá podido constatar que en otros países no se recurre a esta antigénica práctica; incluso hay baños públicos donde explícitamente ponen “Favor de arrojar el papel usado al sanitario”.
Además, acumular papel con excremento en una caneca es una práctica ambientalmente poco sostenible.
Si uno bota papel higiénico que usó solo para sonarse la nariz o limpiarse el maquillaje, la bolsa plástica que por lo general recubre la caneca del baño se puede reutilizar una y otra vez, en lugar de tener que botarla todo el tiempo por el papel embadurnado de excremento.
Así que ojalá estas breves líneas sirvan para que los colombianos empiecen a cambiar ya este mal hábito.
Al evitar usar tanta bolsa plástica para la caneca del baño (botándolas una y otra vez), también se puede avanzar hacia la sostenibilidad ambiental desde el baño mismo.