Todo el mundo habla de 3 millones de votos que debe conseguir Petro. Dan por descontado que los votos de Fico se transfieren a Hernández. Creo que esa lectura es ligera y acelerada.
En las últimas horas, Hernández —si existe consecuencia— perdió los votos de los sectores más conservadores de la sociedad colombiana. Esos no votarán por Petro, pero tampoco lo harán por el de Pie de Cuesta.
La publicación de sus 20 puntos lo deja en la tarea de convencer a por lo menos cuatro millones de nuevos electores. Muchos de los cuales están con Gustavo Petro. Porque son reivindicaciones de los movimientos sociales que el candidato de la Colombia Humana comprende, interpreta y comparte. Por eso, no han sido objeto de campaña y serán cuestión de acción en la redefinición del ordenamiento jurídico de la Nación. Además, Rodolfo atacó a los sectores cristianos.
Los asumió a la corrupción y a la politiquería, en ese sentido, solo le quedarán los votos de sujetos como John Milton Rodríguez, quien ha demostrado no tener ni la ética ni la inteligencia requerida para comprender lo que es la dignidad. Porque al parecer no entendió que al que había que seguir era al que crucificaron y se perdió tras las huellas de centuriones y emperadores.
De otra parte, será muy difícil asumir a personajes políticos como Dilian Francisca Toro votando con Rodolfo. Después de que este la tratara públicamente de narcotraficante. Lo mismo opera con los clanes que en 1ra vuelta jugaron por el gallo tapao, pero que con el correr de los días verán al ingeniero como a un tipo que los requiere y los desprecia.
Y como si fuera poco, "sus ideas" ya empiezan a caerle encima. Como aquella de fusionar el Ministerio de Cultura y el de Medio Ambiente, lo que conlleva debilitar dos carteras con valor estratégico en tiempos de paz. Dicha quimera conlleva el sacrificio de un porcentaje importante de la vocación económica del país. Ya los referentes, actuantes y grupos significativos comprometidos han puesto el grito en el cielo.
La indignación es tal que parece que a Rodolfo solo le quedarán en ese aspecto Ospina, los Huaqueros y las papayera. En ese sentido, a Hernández solo le falta sumar a su "mágico" güarismo los votos del sector uribista más radical. Los dos millones de votos del brutismo nacional. Que se comporta como los mafiosos diciéndole a la viuda: ¡mañana tenemos que cuadrar unas cuentas que nos dejó pendiente su marido!
Por eso él debe saber que si deja sentar a dos uribistas juntos en una mesa de 20 puestos, estos no se van a detener hasta convencer a todos de que o son la mayoría o son los únicos que importan. Sería un error que el "ingeñero" haga el acuerdo de "cuidar la casa" con aquellos que a los 15 días le van a decir que el bien existe solo porque ellos lo vigilan.
De tal forma, lo de Rodolfo está en una encrucijada casi insalvable. Por más que la emoción de sujetos como Daniel Samper Ospina lo pregonen como imparable, está cerca de su techo. Los sectores progresistas y liberales no tendrán necesidad de atacarlo. Basta con hacer veedurías en los territorios en que "las artes" del Pote Gómez parecen haber obrado. Con "votaciones históricas" muy cercanas a la unanimidad.
Regiones a todas luces frágiles en su estructura institucional. A las que será necesario hacer lectura de la conformación poblacional. En ellas es posible que hayan sido un factor determinante las estructuras criminales que ven en Rodolfo Hernández un golpe letal a su enemigo principal: el Estado. Es posible que estas organizaciones vean en él la inminencia del caos que beneficie a sus intereses. Entre los que se cuenta la confusión de lo violento con identidad, el abandono y el desprecio como constantes que favorecen la concentración de la tierra y la vulnerabilidad y dependencia del campesinado. Con Hernández los violentos se garantizan poder matar a su enemigo en su propio lecho.
Ellos saben que cuatro años más de un ególatra en el poder favorece su idea de la patria imposible. Que les permite traficar, especular, despojar, etcétera. Por eso, de la mano de ellos irá el "cualquiera, menos Petro" que no es más que el nuevo "duélale a quien le duela". De tal manera, solo operará en la franja más ignara, indolente y antipática del electorado. Quienes creen tener el "voto peón", pero no cuentan con el diálogo entre las generaciones dado en las familias que asumen sujetas al vasallaje.
Es así como solo le quedan los apoyos del sector que cree en una desgraciada versión de lo que es hacer empresa (el "saber hacer plata") y aquellos que se dejen conmover a punta de madrazos. No le queda otra salida que escalar en su condición de sujeto violento, procaz, insultante. Es por eso por lo que es posible pensar que Colombia no está condenada al triunfo de lo retrógrado y pueda salvarse de vivir una etapa de la llamada posdemocracia.
Colombia no puede quedar entre los tiros y el "juete". No puede ser "la República mula" que tanto sueñan la Cabal, Paloma Valencia y José Obdulio. Quienes pueden pasarlo de ser el burletero de "las de Puerto Wilches" a ser el primer paciente del "Síndrome de la Marquesa de Yolombó". Caracterizado por tener que ver a aquel que le habló de amor llevarse su tesoro de años por no ser capaz de pasar a nado el río.
Ya Colombia se salvó del Pedro de Urdimalas, que era Fico, ahora le toca al electorado que conoce el valor de una democracia positiva, participativa y representativa, librarse de Cosiaca. Después de 60 años de conflicto, no estamos para culebreros.