No me gusta la guerra.
No me gusta que Sarmiento Ángulo se siga apropiándo de los derechos de los colombianos.
No me gusta la intermediación grosera de las EPS.
No me gustan los zafarranchos a media noche en los barrios populares con helicóptero y escándalo.
No me gusta que EPM sea centro de negocios del capital privado.
No me gusta que se crea que el problema de Hidroituango fue un desliz de la naturaleza.
No me gusta que se siga acabando con el medio ambiente, con los bosques y las aguas por buscar petróleo y oro.
No me gusta que de las 20 millones de hectáreas de tierra fértil solo se cultiven siete y tengamos que importar alimentos.
No me gusta que el campesino no tenga tierra y tenga que ser jornalero de un ganadero o de un narcoterrateniente improductivo.
No me gusta que los corruptos de Dragacol, Reficar, Interbolsa, Invercolsa Foncolpuertos, El Guavio, Space, sigan riéndose y pavoneándose como si nada.
Me da tristeza bañarme en la playa de Santa Marta y ver que la arena es negra y la piel se llena de un polvillo de carbón.
No me gusta que la mafia imponga presidentes y se tome el congreso.
No me gusta que los políticos se sigan robando 55 billones al año y no nos importe.
No me gusta que el presidente se gaste 4600 millones al día, ni que el ejército se meta 150.000 millones diarios para financiar la guerra.
No me gusta el asesinato impune de más de 700 líderes sociales y ambientales.
No me gusta tener que pagar 250.000 millones diarios de intereses a la deuda pública de 275.000 millones de dólares que sigue en aumento.
No me gusta que los militares hayan asesinado 6402 muchachos inocentes.
Me gusta que hablemos de Colombia, pero no de chicas en bikini tomando cerveza o de silleteros insolados cargando flores. Me gusta un país multiétnico, plural, vivo, festivo con oportunidades y EN PAZ